Daniel 12:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

¹² ¡Dichoso el que espere a que hayan transcurrido mil trescientos treinta y cinco días!

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹² Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² ¡Benditos sean los que esperen y permanezcan hasta el fin de los 1335 días!

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² Feliz el que se mantenga en pie y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Bienaventurado el que espere y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

Daniel 12:12 Referans Kwoze

Isaías 30:18

Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad; por eso se levanta para mostrarles compasión. Porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que en él esperan!

Ezequiel 4:6

»Cuando cumplas ese plazo, volverás a acostarte, pero esta vez sobre tu lado derecho. Cuarenta días cargarás con la culpa del pueblo de Judá, o sea, un día por cada año.

Daniel 8:14

»Y aquel santo me dijo: “Va a tardar dos mil trescientas tardes y mañanas. Después de eso, se purificará el santuario”.

Romanos 11:15

Pues, si el haberlos rechazado dio como resultado la reconciliación entre Dios y el mundo, ¿no será su restitución como volver de la muerte a la vida?

Apocalipsis 11:2

Pero no incluyas el atrio exterior del templo; no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, los cuales pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.

Apocalipsis 12:6

Y la mujer huyó al desierto, a un lugar que Dios le había preparado para que allí la sustentaran durante mil doscientos sesenta días.

Apocalipsis 13:5

A la bestia se le permitió hablar con arrogancia y proferir blasfemias contra Dios; además, se le confirió autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses.

Apocalipsis 20:4

Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar. Vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. No habían adorado a la bestia ni a su imagen; tampoco se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años.