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Amós 4:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 Escuchen esta palabra, vacas de Basán, que viven en el monte de Samaria, que oprimen a los desvalidos y maltratan a los necesitados, que dicen a sus esposos: «¡Tráigannos de beber!».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Escúchenme, ustedes, vacas gordas que viven en Samaria, ustedes, mujeres, que oprimen al pobre y aplastan al necesitado y que les gritan siempre a sus esposos: «¡Tráigannos otra bebida!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Escuchen esta palabra, vacas de Basán, damas de los cerros de Samaria: Ustedes oprimen a los débiles, aplastan a los menesterosos, y luego dicen a sus maridos: 'Sírvannos vino para tomar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Oíd esta palabras, oh vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria; Que oprimís a los débiles, que quebrantáis a los pobres, Que dicen a sus señores:° ¡Traed de beber!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaría, que oprimís a los indigentes, maltratáis a los pobres y decíais a vuestros maridos: '¡Traed acá! ¡Bebamos!'.

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Amós 4:1
49 Referans Kwoze  

A un cierto Sémer le compró el cerro de Samaria por dos talentos de plata, y allí construyó una ciudad. En honor a Sémer, nombre del anterior propietario del cerro, la llamó Samaria.


porque oprimió al pobre y lo dejó sin nada, y se adueñó de casas que nunca construyó.


apartan del camino a los necesitados; a los pobres del país los obligan a esconderse.


«Por la aflicción de los oprimidos y por el gemido del pobre, voy a levantarme», dice el Señor, «y los pondré a salvo de quienes los oprimen».


Yo sé que el Señor hace justicia al pobre y defiende el derecho de los necesitados.


Muchos toros me rodean; fuertes toros de Basán me cercan.


Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores.


Luego me fijé en tanta opresión que hay bajo el sol. Vi llorar a los oprimidos y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores y no había quien los consolara.


Si en alguna provincia ves que se oprime al pobre y que a la gente se le niega un juicio justo, no te asombres de tales cosas; porque a un alto oficial lo vigila otro más alto y, por encima de ellos, hay otros altos oficiales.


¡Ay de la altiva corona de los borrachos de Efraín, de la flor marchita de su gloriosa hermosura, que está sobre la cumbre de un valle fértil! ¡Ay de los abatidos por el vino!


¡Ay de aquellos que acaparan casa tras casa y se apropian de campo tras campo hasta que no dejan lugar para nadie más, y terminan viviendo solos en la tierra!


«¡Vengan, busquemos vino y emborrachémonos con cerveza! —gritan a una voz—. ¡Y mañana haremos lo mismo que hoy, pero mucho mejor!».


»El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura?


«¡Ustedes saquean mi heredad, y se alegran y regocijan! ¡Saltan como terneras en la pradera, relinchan como sementales!


¡Maten a todos sus novillos! ¡Llévenlos al matadero! ¡Ay de ellos, pues les ha llegado el día, el día de su castigo!


«Nabucodonosor, el rey de Babilonia, me devoró, me confundió; me dejó como un jarro vacío. Me tragó como un monstruo marino, con mis delicias se ha llenado el estómago para luego vomitarme.


Así dice el Señor de los Ejércitos: «¡Talen árboles y levanten una rampa contra Jerusalén! Esta ciudad debe ser castigada, pues en ella no hay más que opresión.


si no oprimen al extranjero ni al huérfano ni a la viuda, si no derraman sangre inocente en este lugar ni siguen a otros dioses para su propio mal,


Oprime al pobre y al indigente; roba y no devuelve la prenda al deudor. Eleva plegarias a los ídolos e incurre en actos abominables;


También hay entre los tuyos quienes aceptan soborno para derramar sangre. Tú practicas la usura y cobras altísimos intereses; extorsionas a tu prójimo y te olvidas de mí, afirma el Señor y Dios.


Los oficiales de la ciudad son como lobos que desgarran a su presa; siempre están listos a derramar sangre y a destruir vidas, con tal de lograr ganancias injustas.


Los terratenientes roban y extorsionan a la gente, explotan al indigente y al pobre, y maltratan injustamente al extranjero.


Tratan con desprecio a su padre y a su madre, oprimen al extranjero, explotan al huérfano y a la viuda.


Buscaré a las perdidas, haré volver a las descarriadas, vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles, pero destruiré a la robusta y fuerte. Yo las pastorearé con justicia.


carne de poderosos guerreros, sangre de los príncipes de la tierra, como si fuera de carneros o corderos, de machos cabríos o novillos, todos ellos engordados en Basán.


Se repartieron a mi pueblo echando suertes, cambiaron a niños por prostitutas y, para emborracharse, vendieron niñas por vino.


Escuchen, israelitas, esta palabra que el Señor pronuncia contra ustedes, contra toda la familia que saqué de Egipto:


¿Pueden dos caminar juntos sin antes ponerse de acuerdo?


Por eso, como oprimen a los pobres y les exigen un impuesto sobre el grano, no vivirán en las casas de piedra labrada que han construido ni beberán del vino de los selectos viñedos que han plantado.


¡Ay de los que viven tranquilos en Sión y de los que viven confiados en el monte de Samaria! ¡Ay de los notables de la nación más importante, a quienes acude el pueblo de Israel!


que beben vino en tazones y se perfuman con las esencias más finas sin afligirse por la ruina de José,


«De modo que me acercaré a ustedes para juicio. Estaré presto a testificar contra los hechiceros, los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan a sus jornaleros; contra los que oprimen a las viudas, a los huérfanos y niegan el derecho del extranjero, sin mostrarme ningún temor —dice el Señor de los Ejércitos—.


Al volver, tomaron el camino de Basán; entonces el rey Og, que gobernaba ese país, salió con su ejército para hacerles frente en Edrey.


No te aproveches del jornalero pobre y necesitado, sea este un compatriota israelita o un extranjero.


Un pueblo desconocido se comerá los frutos de tu tierra y todo el producto de tu trabajo; para ti solo habrá opresión y malos tratos cada día.


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