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2 Reyes 12:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

4 Un día Joás ordenó a los sacerdotes: «Recojan todo el dinero que cada persona traiga al Templo del Señor como ofrenda sagrada, incluso el impuesto del censo, el dinero de promesas personales y todas las ofrendas voluntarias.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero consagrado que se suele traer a la casa de Jehová, el dinero del rescate de cada persona según está estipulado, y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad trae a la casa de Jehová,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Cierto día, el rey Joás dijo a los sacerdotes: «Recojan todo el dinero que se traiga como ofrenda sagrada al templo del Señor, ya sea el pago de una cuota, el de los votos o una ofrenda voluntaria.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Pero no desaparecieron los Altos lugares, y el pueblo siguió sacrificando y quemando incienso en los Altos lugares.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y Joás dijo a los sacerdotes: Toda la plata consagrada que se acostumbra traer a la Casa de YHVH, tanto la plata del rescate de cada persona, según está estipulado, así como la plata que cada uno trae voluntariamente° a la Casa de YHVH,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 No obstante, no desaparecieron los lugares altos y el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.

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2 Reyes 12:4
33 Referans Kwoze  

Como aún no se había construido un templo en honor al nombre del Señor, el pueblo seguía ofreciendo sacrificios en los lugares altos.


Salomón amaba al Señor y cumplía los decretos de su padre David. Sin embargo, también iba a los santuarios locales para ofrecer sacrificios y quemar incienso.


Salomón también terminó la construcción de su propio palacio, pero el proyecto le llevó trece años.


Por eso Joás, rey de Judá, recogió todos los objetos que habían consagrado sus antepasados Josafat, Jorán y Ocozías, reyes de Judá, junto con los que él mismo había consagrado, más todo el oro que pudo encontrar entre los tesoros del Templo del Señor y en el palacio real. Todo esto se lo envió a Jazael, rey de Aram, el cual se retiró de Israel.


Cada sacerdote debe tomar el dinero de manos de su propio tesorero y usarlo para restaurar el Templo y reparar todo lo que esté dañado».


Sin embargo, no se quitaron los altares paganos, sino que el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.


Sin embargo, no se quitaron los altares paganos, sino que el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.


También ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los altares paganos, en las colinas y bajo todo árbol frondoso.


En todos los altares paganos quemaron incienso, siguiendo el ejemplo de las naciones que el Señor había expulsado delante de ellos. Fueron tantas las maldades que cometieron que provocaron la ira del Señor.


«Preséntate ante el sumo sacerdote Jilquías y encárgale que recoja el dinero que el pueblo ha llevado al Templo del Señor y ha entregado a los que vigilaban la entrada.


los cuales el rey David consagró al Señor, tal como lo había hecho con la plata y el oro que había tomado de todas estas naciones: Edom, Moab, Amón, Filistea y Amalec.


Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con honestidad te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas.


Llevó al Templo de Dios la plata, el oro y los utensilios que él y su padre habían consagrado.


Y todos llevaron fielmente las ofrendas, los diezmos y los dones consagrados. El oficial encargado de administrar todo esto era el levita Conanías y su hermano Simí le ayudaba.


Josías asignó las funciones a los sacerdotes y los animó a dedicarse al servicio del Templo del Señor.


Todos sus vecinos los ayudaron con plata y oro, bienes y ganado, objetos valiosos y todo tipo de ofrendas voluntarias.


De acuerdo con sus capacidades económicas dieron, para la obra de reconstrucción, sesenta y un mil dáricos de oro, cinco mil minas de plata y cien túnicas sacerdotales.


También lleva contigo toda la plata y el oro que obtengas de la provincia de Babilonia, junto con los donativos del pueblo y de los sacerdotes para el Templo de su Dios en Jerusalén.


Así mismo, todos los que se sintieron movidos a hacerlo, tanto hombres como mujeres, llevaron como ofrenda toda clase de joyas de oro: broches, pendientes, anillos y otros adornos de oro. Todos ellos presentaron su oro como ofrenda mecida al Señor,


Todos los israelitas que se sintieron movidos a hacerlo, lo mismo hombres que mujeres, presentaron al Señor ofrendas voluntarias para toda la obra que el Señor, por medio de Moisés, había mandado hacer.


Tomen de entre sus pertenencias una ofrenda para el Señor. Todo el que se sienta movido a hacerlo, presente al Señor una ofrenda de: »oro, plata y bronce


Entonces les entregó todas las ofrendas que los israelitas habían llevado para realizar la obra del servicio del santuario. Pero el pueblo seguía llevando ofrendas voluntarias mañana tras mañana.


Si alguien desea rescatar algo de su diezmo, deberá añadir a su valor una quinta parte.


Porque todos ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento.


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