2 Crónicas 23:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 202214 Entonces el sacerdote Joyadá, como no quería que la mataran en el Templo del Señor, hizo que salieran los comandantes que estaban al mando de las fuerzas y ordenó: «¡Sáquenla de entre las filas! Y si alguien se pone de su lado, ¡mátenlo a filo de espada!». Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196014 Pero el sacerdote Joiada mandó que salieran los jefes de centenas del ejército, y les dijo: Sacadla fuera del recinto, y al que la siguiere, matadlo a filo de espada; porque el sacerdote había mandado que no la matasen en la casa de Jehová. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente14 Después el sacerdote Joiada ordenó a los comandantes que estaban a cargo de las tropas: «Llévensela a los soldados que están de guardia frente al templo, y maten a cualquiera que intente rescatarla». Pues el sacerdote había dicho: «No deben matarla dentro del templo del Señor». Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)14 Pero el sacerdote Joyadá dio la siguiente orden a los jefes de cien que estaban al frente de las tropas: 'Háganla salir de las filas, y el que la siga sea pasado por espada. Porque había dicho el sacerdote: 'No la maten en la Casa de Yavé. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion14 Pero el sacerdote Joiada hizo salir a los capitanes de centenas que mandaban la tropa, y les dijo: ¡Dejadla pasar entre las filas, y cualquiera que la siga, que sea muerto a espada! Pues el sacerdote había advertido: No la matéis en la Casa de YHVH. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197514 Pero el sacerdote Joadá ordenó a los jefes de centuria que estaban al mando de las tropas: 'Sacadla fuera del templo, por entre las filas, y al que la siga, matadlo a espada'; pues el sacerdote había dicho: '¡No la matéis en el templo de Yahveh!'. Gade chapit la |
Al ver que el rey estaba de pie junto a la columna de la entrada y que los oficiales y músicos estaban a su lado, y que todo el pueblo se alegraba al son de las trompetas y los cantores que acompañados de instrumentos musicales dirigían la alabanza, Atalía se rasgó las vestiduras y gritó: «¡Traición! ¡Traición!».