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1 Samuel 24:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

18 Hoy me has hecho reconocer lo bien que me has tratado, pues el Señor me entregó en tus manos y no me mataste.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Tú has mostrado hoy que has hecho conmigo bien; pues no me has dado muerte, habiéndome entregado Jehová en tu mano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Es cierto, has sido increíblemente bondadoso conmigo hoy, porque cuando el Señor me puso en un lugar donde pudiste haberme matado, no lo hiciste.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Dijo a David: 'Eres más bueno que yo, porque tú me haces el bien y yo te había hecho el mal.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Tú has declarado hoy cómo me has hecho un bien, porque YHVH me puso en tu mano, y no me has matado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Y dijo a David: 'Tú eres más justo que yo, porque tú me has hecho bien mientras yo he procurado hacerte mal.

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1 Samuel 24:18
10 Referans Kwoze  

Judá los reconoció y declaró: «Su conducta es más justa que la mía, pues yo no la di por esposa a mi hijo Selá». Y no volvió a acostarse con ella.


No me entregaste al enemigo, sino que me pusiste en lugar espacioso.


entonces que mi enemigo me persiga y me alcance; que me haga morder el polvo y arrastre mi honra por el suelo. Selah


Actuando así, harás que se avergüence de su conducta, y el Señor te lo recompensará.


David volvió a preguntarle: —¿Nos entregarán los habitantes de Queilá a mí y a mis hombres en manos de Saúl? Y el Señor contestó: —Sí, los entregarán.


Cuando contaron a Saúl que David había ido a Queilá, exclamó: «¡Dios me lo ha entregado! David se ha metido en una ciudad con puertas y cerrojos; no tiene escapatoria».


Usted podrá ver con sus propios ojos que hoy mismo, en esta cueva, el Señor lo había entregado en mis manos. Mis hombres me incitaban a que lo matara, pero yo respeté su vida y dije: “No puedo alzar la mano contra el rey, porque es el ungido del Señor”.


¿Quién encuentra a su enemigo y le perdona la vida? ¡Que el Señor te recompense por lo bien que me has tratado hoy!


Que el Señor pague a cada uno según su rectitud y lealtad, pues hoy él lo había puesto a usted en mis manos, pero yo ni siquiera me atreví a tocar al ungido del Señor.


—Hoy ha puesto Dios en tus manos a tu enemigo —dijo Abisay a David—. Déjame matarlo. De un solo golpe de lanza lo dejaré clavado en el suelo. ¡Y no tendré que rematarlo!


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