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1 Reyes 20:33 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

33 Los hombres tomaron esa respuesta como un buen augurio y, aprovechando la ocasión, exclamaron: —¡Claro que sí, Ben Adad es su hermano! —Vayan por él —dijo el rey. Cuando Ben Adad se presentó ante Acab, este lo hizo subir a su carro de combate.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

33 Esto tomaron aquellos hombres por buen augurio, y se apresuraron a tomar la palabra de su boca, y dijeron: Tu hermano Ben-adad vive. Y él dijo: Id y traedle. Ben-adad entonces se presentó a Acab, y él le hizo subir en un carro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Los hombres tomaron la respuesta como una buena señal y, aprovechando esas palabras, enseguida le respondieron: —¡Sí, su hermano Ben-adad! —¡Vayan a traerlo! —les dijo el rey de Israel. Cuando Ben-adad llegó, Acab lo invitó a subir a su carro de guerra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Los otros, que no esperaban tanto, dijeron inmediatamente: '¡Sí, Ben-Hadad es tu hermano!' El rey respondió: '¡Vayan a buscarlo!' Ben-Hadad fue pues a donde estaba Ajab y éste lo hizo subir a su carro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Y los hombres tomaron esto como buen augurio y se apresuraron a confirmarlo, exclamando: ¡Ben-hadad es tu hermano! Él dijo: Id y traedle; y Benhadad se presentó ante él, quien lo hizo subir a su carro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Aquellos hombres consideraron que era buen augurio y se apresuraron a tomarle la palabra, diciendo: '¡Ben Hadad es tu hermano!'. Él les dijo: 'Id y traédmelo'. Salió, pues Ben Hadad hacia él, y él le hizo subir a su carro.

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1 Reyes 20:33
7 Referans Kwoze  

Entonces Asá tomó todo el oro y la plata que habían quedado en los tesoros del Templo del Señor y de su propio palacio. Luego encargó a sus funcionarios que se los llevaran a Ben Adad, hijo de Tabrimón y nieto de Hezión, rey de Aram, quien gobernaba en Damasco. Y le envió este mensaje:


Se presentaron ante el rey de Israel con ropas ásperas y sogas en el cuello en señal de humillación y le rogaron: —Su siervo Ben Adad dice: “Por favor, perdóname la vida”. —¿Todavía está vivo? —preguntó el rey—. ¡Pero si es mi hermano!


Entonces Ben Adad le propuso: —Te devolveré las ciudades que mi padre le quitó al tuyo y podrás establecer zonas de mercado en Damasco, como lo hizo mi padre en Samaria. Acab respondió: —Sobre esa base, te dejaré en libertad. Y así firmó un tratado con él y lo dejó ir.


Al dejar ese lugar, Jehú se encontró con Jonadab, hijo de Recab, que había ido a verlo. Jehú lo saludó y le preguntó: —¿Me eres leal como yo lo soy contigo? —Lo soy —respondió Jonadab. Jehú respondió: —Si es así, dame la mano. Jonadab le dio la mano y Jehú, haciéndolo subir con él a su carro,


Como frescura de nieve en día de la cosecha es el enviado confiable para quien lo envía, pues infunde nuevo ánimo en sus amos.


»Pues bien, el amo elogió al administrador deshonesto por haber actuado con astucia. Es que los de este mundo, en su trato con los que son como ellos, son más astutos que los que han recibido la luz.


—¿Y cómo voy a entenderlo —contestó— si nadie me lo explica? Así que invitó a Felipe a subir y sentarse con él.


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