1 Crónicas 12:20 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022
20 Estos fueron los manasesitas que se unieron a David cuando este fue a Siclag: Adná, Jozabad, Jediael, Micael, Jozabad, Eliú y Ziletay, jefes manasesitas de escuadrones de mil hombres.
20 Así que viniendo él a Siclag, se pasaron a él de los de Manasés, Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú y Ziletai, príncipes de millares de los de Manasés.
20 La siguiente es una lista que corresponde a los hombres de Manasés que se unieron a David cuando volvía a Siclag: Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú y Ziletai. Cada uno de ellos comandaba mil hombres de la tribu de Manasés.
20 También de Manasés se pasaron algunos a David, cuando éste iba con los filisteos al combate contra Saúl, si bien no peleó al lado de ellos; porque los príncipes de los filisteos después de haberlo hablado entre ellos, lo hicieron volver, diciendo: 'A costa de nuestra vida, este hombre se reconciliará con Saúl su señor.
20 Y cuando él iba a Siclag, se pasaron a él de los de Manasés: Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú y Ziletai, príncipes de millares de los de Manasés.
20 También de Manasés se pasaron algunos a David cuando fue con los filisteos a luchar contra Saúl, pero éstos no quisieron recibir tal ayuda, porque, reunidos en consejo los príncipes de los filisteos, los despacharon, diciendo: 'Se pasará a su señor, Saúl, a costa de nuestras cabezas'.
También algunos guerreros de Manasés se unieron a David cuando este iba con los filisteos a luchar contra Saúl. Pero David y sus guerreros no les ayudaron, porque los jefes de los filisteos se reunieron y decidieron despedirlo, pues dijeron: «David se pondrá de parte de su señor Saúl y eso nos costará la cabeza».
Elige tú mismo entre el pueblo hombres capaces y temerosos de Dios, que amen la verdad y aborrezcan las ganancias mal habidas, y nómbralos como oficiales sobre mil, cien, cincuenta y diez personas.
Así que tomé a los líderes de sus tribus, hombres sabios y experimentados, y les di autoridad sobre ustedes. Los puse como oficiales de mil, cien, cincuenta y diez personas, además de ponerlos como oficiales de las tribus.
José es majestuoso como primogénito de toro; ¡poderoso como un toro salvaje! Con sus cuernos atacará a las naciones, hasta arrinconarlas en los confines del mundo. ¡Tales son las decenas de millares de Efraín, los millares de Manasés!».
Así que al día siguiente David y sus hombres se levantaron temprano para regresar al país filisteo. Por su parte, los filisteos avanzaron hacia Jezrel.
—Y estos hebreos, ¿qué hacen aquí? —preguntaron los comandantes filisteos. Aquis respondió: —¿No se dan cuenta de que este es David, quien antes estuvo al servicio de Saúl, rey de Israel? Hace ya más de un año que está conmigo, y desde el primer día que se unió a nosotros no he visto nada que me haga desconfiar de él.
Pero los comandantes filisteos, enojados con Aquis, le exigieron: —Despídelo; que regrese al lugar que le diste. No dejes que nos acompañe en la batalla, no sea que en medio del combate se vuelva contra nosotros. ¿Qué mejor manera tendría de reconciliarse con su señor, que llevándole las cabezas de estos soldados?