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1 Corintios 7:25 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

25 En cuanto a las personas solteras, no tengo ningún mandato del Señor, pero doy mi opinión como quien por la misericordia del Señor es digno de confianza.

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Biblia Reina Valera 1960

25 En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Ahora, con respecto a la pregunta acerca de las jóvenes que todavía no se han casado, para ellas no tengo ningún mandato del Señor. Pero el Señor, en su misericordia, me ha dado sabiduría digna de confianza, que les transmitiré a ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Respecto a los que se mantienen vírgenes, no tengo mandato alguno del Señor; pero los consejos que les doy son los de un hombre a quien el Señor en su bondad ha hecho digno de crédito.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Acerca de las doncellas, no tengo mandamiento del Señor, pero doy mi opinión° como uno que ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Con respecto a los solteros, no tengo precepto alguno del Señor, sino que doy mi parecer como digno de fe que soy, por la misericordia del Señor.

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1 Corintios 7:25
15 Referans Kwoze  

A sus jóvenes los consumió el fuego y no hubo cantos nupciales para sus doncellas;


Pero por la gracia de Dios soy lo que soy y la gracia que él me concedió no se quedó sin fruto. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.


Ahora bien, a los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza.


A los casados doy la siguiente orden (no yo, sino el Señor): que la mujer no se separe de su esposo.


A los demás les digo yo (no es mandamiento del Señor): Si algún hermano tiene una esposa que no es creyente y ella consiente en vivir con él, que no se divorcie de ella.


Pero si te casas, no pecas; y si una joven se casa, tampoco comete pecado. Sin embargo, los que se casan tendrán que pasar por muchos aprietos y yo quiero evitárselos.


sus intereses están divididos. La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera, se preocupa de las cosas del Señor; se afana por consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposo.


En mi opinión, ella será más feliz si no se casa y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios.


Ahora bien, esto lo digo como una concesión y no como una orden.


Al jactarme tan confiadamente, no hablo como quisiera el Señor, sino con insensatez.


A diferencia de muchos, nosotros no somos de los que trafican con la palabra de Dios. Más bien, hablamos con sinceridad delante de él en Cristo, como enviados de Dios que somos.


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