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Tito 3:11 - La Palabra (versión española)

11 pues ya ves que se trata de una persona descarriada y pecadora a la que su propia conciencia condena.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Pues personas como esas se han apartado de la verdad y sus propios pecados las condenan.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 sabiendo que es un descarriado y culpable que se condena a sí mismo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 sabiendo que el tal está pervertido y continúa pecando,° siendo condenado por su propia conducta.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 teniendo en cuenta que un individuo así ya se ha pervertido, pues peca y se condena por sí mismo.

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Tito 3:11
13 Referans Kwoze  

El rey le contestó: «Eres un mal administrador, y por tus propias palabras te condeno. Si sabías que yo soy un hombre duro, que pretendo tomar lo que no he depositado y cosechar lo que no he sembrado,


En cambio, los fariseos y los doctores de la ley, rechazaron el designio de Dios para ellos, negándose a que Juan los bautizara.


El que cree en el Hijo no será condenado; en cambio, el que no cree en él, ya está condenado por no haber creído en el Hijo único de Dios.


En vista de ello, Pablo y Bernabé les dijeron sin miramientos: —Era nuestro deber anunciaros primero a vosotros el mensaje de Dios. Pero ya que lo rechazáis y vosotros mismos os descalificáis para la vida eterna, nos dedicaremos de lleno a los no judíos.


Hemos tenido conocimiento de que algunos de aquí, sin autorización por nuestra parte, os han inquietado y preocupado con sus enseñanzas.


Entre tanto, él escribió una carta en los siguientes términos:


Ahora bien, es sabido que todo lo que dice la ley se lo dice a quienes están bajo su yugo. Nadie, por tanto, tendrá derecho a hablar y el mundo entero ha de reconocerse culpable ante Dios.


No eches en saco roto estas cosas y en nombre de Dios ordena que nadie se enzarce en disputas que no sirven para nada, sino únicamente para ruina de quienes participan en ellas.


Y es preciso reducirlos al silencio porque no hacen más que ir de casa en casa causando estragos y enseñando lo que no deben en busca de una vil ganancia.


Que no se ocupen de fábulas judías ni de preceptos humanos alejados de la verdad.


Porque si después de haber conocido la verdad continuamos pecando intencionadamente, ¿qué otro sacrificio podrá perdonar los pecados?


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