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Sofonías 1:18 - La Palabra (versión española)

18 Ni su plata ni su oro podrán librarlos cuando se encienda la ira del Señor; el fuego ardiente de su celo consumirá totalmente la tierra, y acabará de forma aterradora con todos los que la habitan.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Ni su plata ni su oro los salvará en el día de la ira del Señor. Pues toda la tierra será devorada por el fuego de su celo. Él dará un final aterrador a toda la gente de la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Ni su oro ni su plata los lograrán salvar cuando estalle la cólera de Dios y consuma en el fuego de su celo al país de Judá y destruya sin dejar rastro siquiera a todos los que habitan esa tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de YHVH, cuando el fuego de su celo consuma toda la tierra, porque de cierto exterminará repentinamente a todos los habitantes de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el día de la ira de Yahveh. Por el fuego de su celo será devorada toda la tierra, porque él aniquilará de modo repentino y terrible a todos los habitantes de la tierra.

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Sofonías 1:18
40 Referans Kwoze  

dijo: —Voy a borrar de la superficie de la tierra al ser humano que he creado, y también a los animales, reptiles y aves del cielo. ¡Cómo me arrepiento de haberlos creado!


Judá ofendió al Señor provocando su ira más que sus antepasados con los pecados que cometieron.


El malvado se libra el día del desastre, se encuentra a salvo el día de la cólera.


o con los nobles que abundan en oro, que acumulan plata en sus palacios.


Lo enfurecieron con sus altares, con sus ídolos le dieron celos.


¿Hasta cuándo, Señor? ¿Estarás siempre airado? ¿Estallará como el fuego tu celo?


La riqueza no sirve en el día del juicio; en cambio, la justicia libra de la muerte.


El alcázar del rico es su hacienda, cual muralla protectora la imagina.


Por eso —oráculo del Señor, Dios del universo, del Poderoso de Israel—, pediré cuentas a mis adversarios, me vengaré de mis enemigos


La luz de Israel será fuego, su Santo será una llama, quemará y devorará sus zarzas, sus cardos en un solo día;


¿Qué haréis cuando os pasen cuentas, cuando se acerque de lejos la tormenta? ¿A quién acudiréis en busca de auxilio? ¿Dónde dejaréis vuestra riqueza?


Por eso, así dice el Señor Dios: Voy a derramar mi ira y mi cólera sobre este lugar, sobre personas y animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; arderán y no se apagarán.


Haré que enmudezcan en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén las voces alegres de fiesta, las canciones del novio y de la novia, pues el país quedará en ruinas.


¿Quién es el sabio que puede entender esto? Que lo diga el que haya sido confidente del Señor. ¿Por qué está deshecho el país, abrasado, como desierto intransitable?


Te aplicaré el castigo de las adúlteras y de las homicidas, descargaré sobre ti el furor que me provocan los celos.


Descargaré mis celos contra ti y serás víctima de su furor; te cortarán nariz y orejas, y tu descendencia caerá a filo de espada. Se llevarán a tus hijos e hijas, y tus supervivientes serán devorados por el fuego.


despunta la insolencia, brota la violencia, el poder del malvado. Nada de ellos quedará: nada de su bullicio, nada de su boato, no habrá tregua para ellos.


Arrojan su plata por las calles, tienen por inmundicia su oro; ni su plata ni su oro podrán salvarlos el día de la cólera del Señor, porque fueron la ocasión de su pecado. Su apetito no se saciará, su vientre no se llenará.


Esto dice el Señor Dios: Ya está aquí la desgracia,


Llorad los del barrio del Mortero, pues han sido barridos los mercaderes, eliminados los cambistas.


Día de ira será aquel día, día de angustia y aflicción, día de ruina y desolación, día de oscuridad y tinieblas, día de densos nubarrones,


antes que se cumpla el decreto y llegue el día en que seáis aventados como paja; antes que descargue sobre vosotros el enojo enfurecido del Señor; antes que venga contra vosotros el día de la cólera del Señor.


Así pues, esperad el día —oráculo del Señor— en que me ponga en pie para acusaros, pues he decidido reunir a las naciones y congregar en uno a todos los reinos para descargar sobre ellos mi enojo y todo el furor de mi ira, hasta que mi ardiente celo devore totalmente la tierra.


¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su propia vida? ¿O qué podrá dar el ser humano a cambio de su vida?


A no ser que pretendamos provocar la ira del Señor. ¿Nos creemos acaso más fuertes que él?


Ese día mi furor se encenderá contra él, lo abandonaré y no me acordaré de él; será presa fácil [para sus enemigos] y le sobrevendrán multitud de desgracias y calamidades. Aquel día se preguntará si esas desgracias le han venido porque el Señor su Dios ya no está con él.


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