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Proverbios 4:18 - La Palabra (versión española)

18 La senda de los justos es como amanecer que va clareando hasta pleno día;

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 El camino de los justos es como la primera luz del amanecer, que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 El camino de los justos es como la luz de la aurora: su resplandor va aumentando hasta el mediodía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 La senda de los justos es como la luz del alba, que aumenta en claridad hasta el pleno día;

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Proverbios 4:18
25 Referans Kwoze  

es como la luz de la mañana cuando sale el sol; como mañana sin nubes, que tras la lluvia hace brotar la hierba de la tierra».


Tu vida será más luminosa que el mediodía, tus tinieblas serán como un amanecer;


Pero el justo se mantiene en su camino, el de manos limpias redobla su energía.


Él, en cambio, conoce mis andanzas; si me prueba, saldré purificado como el oro.


Cada vez caminan con más brío, se presentan ante Dios en Sion.


La luz se propaga para el justo, la alegría para quienes son rectos.


Luz de justos brilla alegremente, lámpara de malvados se extingue.


El sensato asciende por sendas de vida, así se libra de bajar al abismo.


Tú, en cambio, sigue el camino de los buenos y mantén el sendero de los justos.


Entonces comprenderás la justicia, el derecho y la honradez: todos los caminos del bien.


El camino del justo es derecho, tú allanas la senda del justo.


Los sabios brillarán como el resplandor del cielo, y los que convirtieron a otros a la justicia lucirán como las estrellas para siempre.


Esforcémonos en conocer al Señor; segura como la aurora es su venida: vendrá a nosotros como la lluvia, como lluvia de primavera que empapa la tierra».


Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada en lo alto de una montaña no puede ocultarse.


Pues así debe alumbrar vuestra luz delante de los demás, para que viendo el bien que hacéis alaben a vuestro Padre celestial.


Así seréis verdaderamente hijos de vuestro Padre que está en los cielos, pues él hace que el sol salga sobre malos y buenos y envía la lluvia sobre justos e injustos.


Jesús se dirigió de nuevo a los judíos y les dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.


En cuanto a nosotros, llevando todos el rostro descubierto y reflejando la gloria del Señor, vamos incorporando su imagen cada vez más resplandeciente bajo el influjo del Espíritu del Señor.


Seréis así irreprochables y sencillos, seréis hijos de Dios, intachables en medio de gentes depravadas y perversas, y brillaréis entre ellas como lumbreras que iluminan el mundo.


Tenemos también la firmísima palabra de los profetas, a la que haréis bien en atender como a lámpara que alumbra en la oscuridad hasta que despunte el día y el astro matinal amanezca en vuestros corazones.


Y creced en gracia y en conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él la gloria ahora y por siempre. Amén.


Tampoco necesita sol ni luna que la alumbren; la ilumina la gloria de Dios, y su antorcha es el Cordero.


Una ciudad sin noches y sin necesidad de antorchas ni de sol, porque el Señor Dios será la luz que alumbre a sus habitantes, los cuales reinarán por siempre.


Perezcan así, Señor, todos tus enemigos, y sean tus amigos como el sol cuando sale con toda su fuerza. Y el país gozó de paz durante cuarenta años.


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