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Proverbios 4:16 - La Palabra (versión española)

16 Solo cuando hacen daño, duermen tranquilos los malvados; solo haciendo caer a alguien, logran conciliar el sueño;

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Porque no duermen ellos si no han hecho mal, Y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Pues las personas malvadas no pueden dormir sin hacer la mala acción del día. No pueden descansar sin antes hacer tropezar a alguien.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Porque no pueden dormir si no hacen el mal; no descansan en tanto no le hayan hecho daño a alguien.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Porque ellos no duermen si no hacen daño, Y se les quita el sueño si no hacen caer a alguien.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Porque ellos no duermen si no hacen mal, no concilian el sueño si no hacen tropezar;

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Proverbios 4:16
13 Referans Kwoze  

Son sus palabras maldad y mentira, no quiere ser sensato ni obrar bien.


En su cama maquina maldades, se aferra al mal camino, no rechaza la maldad.


porque corren disparados hacia el mal y van decididos a derramar sangre.


de los que disfrutan haciendo el mal y gozan con la perversión;


evítalo, no lo transites; apártate y sigue adelante.


En cuanto a los malvados, son como mar revuelto, a quien nadie puede devolver la calma; tienen sus aguas tintas de fango y de barro.


cada cual estafa a su prójimo y ninguno dice la verdad; enseñan a sus lenguas a mentir, están pervertidos sin remedio:


¡Ay de los que planean la maldad y traman iniquidades en sus lechos! En cuanto se hace de día lo ejecutan, pues tienen poder para ello.


Emplean sus manos para el mal: el príncipe pone exigencias para el bien, el juez se deja sobornar, el poderoso proclama su ambición.


Cuando se hizo de día, se reunieron los ancianos del pueblo, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, y llevaron a Jesús ante el Consejo Supremo.


Condujeron a Jesús de casa de Caifás al palacio del gobernador. Era muy de mañana. Los judíos no entraron en el palacio para no contraer una impureza legal que les habría impedido participar en la cena de Pascua.


pero intervino Lisias, el comandante, quien nos lo ha arrebatado por la fuerza


Miran con ojos cargados de pasión a la mujer adúltera; están siempre hambrientos de pecado; seducen a los débiles; su corazón rebosa avaricia; ¡son unos malditos!


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