Proverbios 27:20 - La Palabra (versión española)

²⁰ Abismo y Perdición son insaciables, e insaciables son los ojos del ser humano.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁰ El Seol y el Abadón nunca se sacian; Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁰ Así como la Muerte y la Destrucción nunca se sacian, el deseo del hombre nunca queda satisfecho.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁰ La muerte y el mundo de abajo nunca están satisfechos: lo mismo el deseo humano.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁰ El Seol y el Abadón no se sacian jamás, Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁰ El seol y el averno son insaciables; tampoco se sacian los ojos del hombre.

Proverbios 27:20 Referans Kwoze

Job 26:6

El reino de los muertos se encuentra desnudo ante él, el abismo se halla al descubierto.

Proverbios 15:11

Conoce el Señor Abismo y Perdición, ¡cuánto más la mente humana!

Proverbios 23:5

Te vuelves para mirarla y ya no hay nada, pues le salen alas de águila y desaparece en las alturas.

Proverbios 27:19

Como el agua es espejo del rostro, la conciencia lo es del ser humano.

Eclesiastés 1:8

Todas las palabras se agotan, sin que nadie alcance a decirlas, ni los ojos se sacian de ver, ni el oído se harta de oír.

Eclesiastés 4:8

una persona sola, sin nadie, sin hijos ni hermanos, que se fatiga sin descanso y no se harta de riquezas: ¿Para quién se fatiga, privándose de la felicidad? También esto es pura ilusión y mal asunto.

Eclesiastés 6:7

El ser humano se fatiga solo para comer, y a pesar de ello su apetito no se sacia.

Isaías 5:14

Por eso abre sus fauces el reino de los muertos y dilata su boca sin medida, para tragar su gloria y su nobleza, todo su bullicio y su alegría.

Jeremías 22:17

Pero tú no tienes ojos ni corazón si no es para tu propio provecho, para derramar sangre de inocentes, para oprimir y atropellar.

Habacuc 2:5

Aunque sea traicionero como el vino, nada conseguirá el jactancioso: abre sus fauces como el reino de los muertos, es insaciable como la muerte, se apodera de todas las naciones, y pretende acaparar todos los pueblos.

Hageo 1:9

Esperáis encontrar mucho, pero halláis poco: lo que traéis a casa yo lo disipo de un soplo. ¿Por qué causa es así? —dice el Señor del universo—. Pues porque es mi Templo el que está en ruinas, mientras cada uno de vosotros se preocupa de su propia casa.

1 Juan 2:16

Y es que cuanto hay de malo en el mundo —pasiones carnales, turbios deseos y ostentación orgullosa—, procede del mundo y no del Padre.