Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Proverbios 24:12 - La Palabra (versión española)

12 Pues, aunque digas que no lo sabías, el que juzga los corazones lo conoce, el que vigila tu vida lo sabe; y él paga a cada cual según sus obras.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, Y dará al hombre según sus obras.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 No te excuses diciendo: «Ay, no lo sabíamos». Pues Dios conoce cada corazón y él te ve. El que cuida tu alma sabe bien que tú sabías. Él pagará a cada uno según merecen sus acciones.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Tu dirás después: '¡No lo sabíamos!' Pero el que pesa los corazones ve claro, el que te observa lo sabrá; y recompensará a cada uno según sus obras.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

12 Si dices: He aquí, no lo sabíamos. El que sopesa los corazones, ¿no lo sabrá? ¿No lo sabrá el que vigila tu vida, Y paga al hombre según sus obras?

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Acaso dirás: 'No lo sabíamos'. Pero el que sondea los corazones lo conoce, lo sabe el que escudriña tu alma. Él retribuye al hombre por sus obras.

Gade chapit la Kopi




Proverbios 24:12
35 Referans Kwoze  

Paga a cada uno según sus acciones, trata a los humanos según su conducta.


No dejará que tropiece tu pie, no dormirá quien te protege.


El Señor protege tus idas y venidas desde ahora y para siempre.


Me has sondeado, me has examinado de noche, me has probado y no has hallado mal alguno. Mi boca no ha pecado;


¿no lo hubiera averiguado Dios, él, que conoce los secretos del corazón?


y tuyo el amor, mi Señor; que tú pagas a cada uno como merecen sus obras.


Él es quien nos hace vivir, quien evita que nuestros pies tropiecen.


¡Que acabe la maldad de los malvados! Fortalece a la persona recta, tú que sondeas el corazón y las entrañas, tú que eres un Dios justo.


Quien formó el oído, ¿no oirá? Quien hizo el ojo, ¿no verá?


Cada uno se alimenta de sus palabras y recoge el producto de sus manos.


A uno le puede parecer intachable su conducta, pero el Señor juzga las intenciones.


Una persona puede considerar intachable su conducta, pero el Señor juzga las intenciones.


El Señor ve los caminos del ser humano, examina todos sus senderos.


Al malvado lo atrapan sus propios delitos, las redes de su pecado lo aprisionan;


La ganancia de un país en todo esto es un rey al servicio del campo.


Yo, el Señor, examino el corazón, sondeo el interior de las personas, para pagar a cada cual su conducta, conforme al fruto de sus acciones.


Tus proyectos son soberbios, magníficas tus acciones; tus ojos advierten la conducta humana y pagas a cada uno conforme a sus obras, según merecen sus acciones.


o si se altera un proceso, ¿es que mi Dios no lo ve?


te has rebelado contra el Señor del cielo haciendo traer las copas de su Templo para beber en ellas en compañía de tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas, al tiempo que alababas a tus dioses de plata y de oro, de bronce y de hierro, de leño y de piedra, que ni ven, ni oyen ni entienden. Además no has glorificado al Dios que tiene tu vida en sus manos y de quien depende todo lo que hagas.


El Hijo del hombre ya está a punto de venir revestido de la gloria de su Padre y acompañado de sus ángeles. Cuando llegue, recompensará a cada uno conforme a sus hechos.


En él, efectivamente, vivimos, nos movemos y existimos. Como bien dijeron algunos de vuestros poetas: «Estirpe suya somos».


Esto es lo que se manifestará el día en que, conforme al evangelio que yo anuncio, juzgue Dios por medio de Jesucristo lo que los seres humanos mantienen oculto.


y pague a cada uno según su merecido:


Así que no emitáis juicios prematuros. El Señor es quien iluminará, cuando venga, lo que se esconde en la oscuridad y quien pondrá al descubierto las secretas intenciones de cada persona. Entonces cada uno recibirá de Dios su merecido.


Porque todos nosotros tenemos que presentarnos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba el premio o el castigo que le corresponda por lo que hizo durante su vida mortal.


Yo soy el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo en mi poder las llaves de la muerte y del abismo.


Escribe al ángel de la iglesia de Tiatira: Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llama de fuego y los pies semejantes a bronce en fundición:


En cuanto a sus hijos, los heriré de muerte, para que todas las iglesias sepan que yo soy el que sondea las conciencias y los corazones y el que dará a cada uno de vosotros según su merecido.


Estoy a punto de llegar y voy a recompensar a cada uno conforme a su conducta.


Pero el Señor le dijo: —No valores solo su aspecto y su buena planta, porque yo lo he descartado. Aquí no valen miras humanas. Pues vosotros os fijáis en las apariencias, pero yo miro al corazón.


No pronunciéis discursos altaneros, arrojad la arrogancia de vuestras bocas, porque el Señor es un Dios sabio y evalúa todas las acciones.


El Señor da la muerte y da la vida, hunde en el abismo y salva de él.


Cuando alguien quiera perseguirte y atentar contra tu vida, la vida de mi señor quedará a buen recaudo en la bolsa de la vida, al cuidado del Señor tu Dios; mientras que la vida de tus enemigos será arrojada lejos como piedra en la honda.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite