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Proverbios 22:9 - La Palabra (versión española)

9 El generoso será bendecido por compartir su pan con el pobre.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 El ojo misericordioso será bendito, Porque dio de su pan al indigente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Benditos son los generosos, porque alimentan a los pobres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 El hombre compasivo será bendito: supo compartir su pan con el pobre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 El que tiene ojo generoso será bendecido, Porque repartió su pan con el pobre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 El hombre bondadoso será bendecido, porque da su pan al pobre.

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Proverbios 22:9
29 Referans Kwoze  

Reparte, da a los pobres, su justicia permanece para siempre y alza su frente con honor.


El bondadoso se hace bien a sí mismo, el despiadado perjudica su salud.


Quien es generoso prosperará, a quien ofrece de beber no le faltará agua.


Quien madruga hacia el bien, obtiene ayuda; quien busca el mal, se topa con él.


Quien desprecia a su prójimo peca, quien se apiada de los pobres es dichoso.


Quien favorece al pobre presta al Señor y recibirá su recompensa.


Quien cierra su oído a los gritos del pobre no obtendrá respuesta cuando clame.


El que roba a sus padres, diciendo: «No es delito», es cómplice de delincuentes.


Quien da al pobre no pasará necesidad, a quien lo ignora le lloverán maldiciones.


Tiende sus manos al necesitado y ofrece su ayuda al indigente.


Pero el noble planea acciones nobles, y en nobles acciones se sustenta.


¿no puedo hacer con lo mío lo que quiera? ¿O es que mi generosidad va a provocar tu envidia?».


los adulterios, la avaricia, la maldad, la falsedad, el desenfreno, la envidia, la blasfemia, el orgullo y la estupidez.


Por el contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos.


Os he demostrado así en todo momento que es preciso trabajar para socorrer a los necesitados, teniendo presente aquella máxima de Jesús, el Señor: «Más dicha trae el dar que el recibir».


Igualmente, la mujer más fina y delicada de tu pueblo, tan fina y delicada que no se atrevería a rozar el suelo con la punta de su pie, recelará de su propio esposo al que ama, de sus hijos y de sus hijas.


Y no os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros unos a otros, pues esos son los sacrificios que agradan a Dios.


Porque no es injusto Dios como para olvidarse de vuestros afanes y del amor que, en atención a él, habéis derrochado y seguís derrochando al servicio de los creyentes.


Practicad de buen grado la hospitalidad mutua.


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