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Proverbios 22:18 - La Palabra (versión española)

18 te gustará guardarlos en tu interior y tenerlos siempre a flor de labios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Porque es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti; Si juntamente se afirmaren sobre tus labios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Pues es bueno guardar estos dichos en tu corazón y tenerlos siempre a flor de labios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Te gustará conservarlas en tu memoria y tenerlas listas en tus labios cada vez que tú quieras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Porque será bueno que las guardes dentro de ti, Y las establezcas sobre tus labios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 te será grato guardarlas bien adentro, tenerlas todas juntas en tus labios.

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Proverbios 22:18
23 Referans Kwoze  

¡Qué dulce a mi paladar es tu palabra, en mi boca es más dulce que la miel!


Mi heredad perpetua son tus mandamientos, alegría de mi corazón.


Yo proclamo con mis labios todos los decretos de tu boca.


Me alegro tanto por tu promesa como quien halla un gran botín.


Que mis labios proclamen tu alabanza, porque tú me enseñas tus normas.


Son más cautivadores que el oro, más que abundante oro fino, más dulces que la miel, que la miel virgen del panal.


En labios inteligentes hay sabiduría, una vara para la espalda del insensato.


Los labios del justo instruyen a muchos, los necios perecen por falta de seso.


Los labios del sabio esparcen saber, la mente del necio todo lo contrario.


Mente sabia es garantía de prudencia, palabras amables consiguen persuadir.


Pues la sabiduría entrará en tu mente y el saber se te hará atractivo;


Hoy también te instruyo a ti para que confíes en el Señor.


Manzana de oro engastada en plata, una palabra dicha a tiempo.


Sus caminos son una delicia, apacibles todas sus sendas.


Presta, hijo mío, oído a mi discurso, pon atención a mis palabras.


No las pierdas de vista, consérvalas en tu corazón,


Escuchad, que mis labios proclaman cosas rectas, cosas excelentes comunican.


Si encontraba tus palabras las devoraba: tus palabras me servían de gozo, eran la alegría de mi corazón. ¡Yo era reconocido por tu nombre: Señor, Dios del universo!


Y es que un sacerdote debe atesorar sabiduría, y de su boca se espera que salga la enseñanza, pues es un mensajero del Señor del universo.


el que cree en mí. La Escritura dice que de sus entrañas brotarán ríos de agua viva.


Así que en todo momento ofrezcamos a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza que no es otro sino la ofrenda de unos labios que bendicen su nombre.


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