Proverbios 2:19 - La Palabra (versión española)

¹⁹ Los que allí entran no regresan, ni reencuentran los senderos de la vida.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁹ Todos los que a ella se lleguen, no volverán, Ni seguirán otra vez los senderos de la vida.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁹ El hombre que la visita está condenado; nunca llegará a los senderos de la vida.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁹ Los que allá van no volverán, no reencontrarán el camino de la vida.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁹ Cuantos entran en él, no regresan, Ni retoman los senderos de la vida.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁹ Los que van a ella no retornan ni alcanzan los caminos de la vida.

Proverbios 2:19 Referans Kwoze

Salmos 16:11

Tú me muestras el camino de la vida, junto a ti abunda la alegría, a tu lado el gozo no tiene fin.

Salmos 81:12

Y yo los dejé a su antojo, caminando según sus deseos.

Proverbios 4:18

La senda de los justos es como amanecer que va clareando hasta pleno día;

Proverbios 5:11

Al final habrás de lamentarlo cuando tus carnes se consuman,

Proverbios 5:6

No le preocupa la senda de la vida, camina a la perdición y no lo sabe.

Proverbios 6:32

El adúltero es un insensato, actuando así arruina su vida;

Eclesiastés 7:26

Y he descubierto que la mujer es más amarga que la muerte: es, en efecto, una trampa, su corazón un lazo y sus brazos cadenas. El que agrada a Dios se libra de ella, pero el pecador queda atrapado en sus redes.

Jeremías 13:23

¿Cambia el etíope de piel o un leopardo sus manchas? Lo mismo pasa con vosotros: ¿Podríais practicar el bien estando educados en el mal?

Oseas 4:14

Pero no castigaré a vuestras hijas a causa de sus prostituciones, ni a vuestras nueras por sus adulterios; son ellos los que se van con rameras y ofrecen sacrificios con prostitutas sagradas; y así es como va a la ruina un pueblo que no entiende.

Hebreos 6:18

Ofrecía así dos garantías, ambas irrevocables, porque Dios no puede engañar, y proporcionaba un poderoso consuelo a quienes se refugiaban en él para mantener la esperanza a que estamos destinados.