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Oseas 3:5 - La Palabra (versión española)

5 Luego, buscarán de nuevo al Señor Dios y a David, su rey, y acudirán respetuosos al Señor y a sus bienes por siempre.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Pero después el pueblo volverá y se dedicará al Señor su Dios y al descendiente de David, su rey. En los últimos días, temblarán de asombro ante el Señor y su bondad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Después volverán los hijos de Israel, buscarán a Yavé, su Dios, y a David, su rey. Cuando llegue el momento acudirán llenos de respeto a Yavé para recibir sus beneficios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Después volverán los hijos de Israel y buscarán a YHVH su Dios y a David su rey; Y acudirán temblorosos° a YHVH, y a su misericordia al fin de los días.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Después se convertirán los hijos de Israel, buscarán a Yahveh, su Dios, y a David, su rey, y acudirán temerosos a Yahveh y a sus bienes, al fin de los tiempos.

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Oseas 3:5
36 Referans Kwoze  

Cuando todos los israelitas vieron que el rey no les hacía caso, le replicaron diciendo: —¡No tenemos nada que ver con David, ni repartimos herencia con el hijo de Jesé! ¡A tus tiendas, Israel! Y que ahora David se preocupe de su casa. Y los israelitas marcharon a sus casas.


Aquel día mirará la gente a su Hacedor, fijará su mirada en el Santo de Israel.


Cuando pase mucho tiempo, quedará afianzado el monte de la casa del Señor: el primero entre los montes, descollando entre las colinas. A él confluirán todas las naciones,


acudirán cantidad de pueblos, que dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob; él nos indicará sus caminos, nosotros iremos por sus sendas». Y es que saldrá de Sion la ley; de Jerusalén la palabra del Señor.


Entonces lo verás radiante, tu corazón se ensanchará maravillado, pues volcarán sobre ti las riquezas del mar, te traerán el patrimonio de los pueblos.


El Señor cortó cabeza y cola, palmas y juncos en un solo día.


Ya llegan días —oráculo del Señor— en que daré a David un vástago legítimo. Será un rey que reinará con prudencia, impondrá justicia y derecho en el país.


no cesará la cólera del Señor hasta haber ejecutado sus designios. Después de que pase ese tiempo, lograréis entenderlo del todo.


Servirán al Señor, su Dios, y a David, el rey que nombraré para gobernarlos.


Pues así dice el Señor: No le faltará a David quien se siente en el trono de Israel.


Y la ciudad será objeto de alegría, de alabanza y de honor para todas las naciones que escuchen los beneficios que le voy a conceder; y se estremecerán y se conmoverán a la vista de los beneficios y el bienestar que le voy a proporcionar.


de modo que, al acordarte del pasado, te avergüences y, avergonzada, no vuelvas a abrir la boca, pues voy a perdonarte todo lo que has hecho —oráculo del Señor Dios.


Atacarás a mi pueblo Israel, desplegándote como un nubarrón para cubrir el país. Sucederá que al final de los días te convocaré contra mi tierra para que otras naciones me reconozcan al ver que me sirvo de ti, Gog, para manifestar mi santidad.


Al cabo de mucho tiempo recibirás órdenes; después de muchos años atacarás el país que escapó a la espada, cuyos habitantes fueron reunidos, de entre pueblos numerosos, en los montes de Israel, que tanto tiempo habían estado en ruinas. Desde que la gente fue sacada de entre esos pueblos, viven todos tranquilos.


Pero ahora he podido venir a explicarte lo que sucederá a tu pueblo en los últimos días, pues la visión se refiere a un tiempo todavía por llegar.


En cambio, hay un Dios en el cielo que revela misterios y que ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá al final de los tiempos. El sueño y las visiones que tuviste mientras dormías son como siguen:


Ellos seguirán al Señor que rugirá como un león; rugirá y sus hijos vendrán temblando desde Occidente.


Me iré, volveré a mi morada, hasta que ellos me busquen, reconociendo su culpa. En su angustia me buscarán.


Vienen en busca del Señor con sus ovejas y sus vacas, pero no lo encontrarán. ¡Se ha apartado de ellos!


«Venid, volvamos al Señor, porque él nos ha desgarrado y él será quien nos cure; él nos ha hecho la herida y él nos la vendará.


Reconstruiré aquel día la choza caída de David, repararé sus brechas, levantaré sus ruinas y la reconstruiré como antaño,


Cuando pase mucho tiempo el monte de la casa del Señor quedará afianzado entre los montes, descollará entre las colinas. Hacia él confluirán las naciones,


Ahora regreso a mi tierra, pero antes quiero anunciarte lo que el pueblo de Israel hará con el tuyo en el futuro.


No quiero, hermanos, que ignoréis este misterio para que no presumáis de inteligentes. La obstinación de una parte de Israel no es definitiva; durará hasta que el conjunto de las naciones se convierta.


¿Te es, acaso, indiferente la inagotable bondad, paciencia y generosidad de Dios, y no te das cuenta de que es precisamente esa bondad la que está impulsándote a cambiar de conducta?


Cuando al cabo de los años hayas pasado por estos sufrimientos y angustias, entonces te volverás al Señor tu Dios y le obedecerás,


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