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Oseas 12:8 - La Palabra (versión española)

8 Canaán maneja pesas falsas, pues le agrada estafar.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Efraín dijo: Ciertamente he enriquecido, he hallado riquezas para mí; nadie hallará iniquidad en mí, ni pecado en todos mis trabajos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Israel se jacta: «¡Yo soy rico! ¡Sin ayuda de nadie hice una fortuna! ¡Nadie me ha descubierto haciendo trampas! ¡Mi historial es impecable!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Eres un verdadero cananeo, tú acostumbrabas a meter trampas con balanzas mal ajustadas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Dijo Efraín: Ciertamente me he enriquecido, He hallado riquezas para mí. Pero sus esfuerzos no le alcanzarán Para borrar el pecado que cometió.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Canaán tiene en su mano balanza fraudulenta, le gusta estafar.

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Oseas 12:8
29 Referans Kwoze  

de aquellos que confían en sus bienes y de su inmensa riqueza se jactan?


«Mira, esta es la persona que no hizo de Dios su fortaleza, que confió en su inmensa riqueza, que se refugió en su maldad».


No confiéis en la violencia, no os ilusionéis con el robo; si aumenta vuestra riqueza, no le prestéis atención.


El Señor detesta las balanzas trucadas y aprueba el peso exacto.


hay gente que se cree pura y no ha lavado sus manchas;


Este es el proceder de la adúltera: come, se limpia la boca y dice: «¡No he hecho nada malo!».


¿Cómo dices: «No estoy contaminada, no he andado detrás de los baales»? ¡Mira tu conducta en el valle, reconoce todo lo que has hecho!, camella alocada, sin rumbo,


dices: «Soy inocente, su ira se apartará de mí». Pues ahora te voy a juzgar, por decir que no has pecado.


Como un cesto repleto de pájaros, así rebosan sus casas de fraudes; por eso prosperan y se enriquecen,


con gran talento de comerciante fuiste multiplicando tu riqueza, que hizo altanero tu corazón.


Pero cuando hallaron alimento y tuvieron ocasión de saciarse, se les llenó de orgullo el corazón y terminaron olvidándose de mí.


Pagará su culpa Samaría, pues contra su Dios se ha rebelado. Morirán a filo de espada, sus niños serán estrellados, las embarazadas abiertas en canal.


Se alimentan del pecado de mi pueblo, están ávidos de sus delitos.


diciendo: «¿Cuándo pasará la fiesta del novilunio para que podamos vender el cereal, y el sábado para dar salida al trigo? Usaremos medidas trucadas, aumentaremos el peso del siclo y falsearemos las balanzas.


ofreciendo sacrificios a su esparavel y quemando ofrendas a su red, pues por ellos su comida es abundante y es suculento su alimento.


las que degüellan impunemente sus compradores mientras dice el que las vende: «Bendito sea el Señor que me ha hecho rico». Ni sus propios pastores se compadecen de ellas.


Vosotros habéis hastiado al Señor con vuestras palabras, y aún preguntáis: «¿En qué forma lo hemos hastiado?». Lo habéis hecho al afirmar que quien obra mal agrada y complace al Señor, y también al preguntar: «¿Dónde está el Dios que hace justicia?».


Habéis hablado con insolencia contra mí, dice el Señor. Sin embargo replicáis: «¿Qué hemos hablado contra ti?».


Pero el maestro de la ley, para justificar su pregunta, insistió: —¿Y quién es mi prójimo?


Luego podré decirme: tienes riquezas acumuladas para muchos años; descansa, pues, come, bebe y diviértete».


Ningún criado puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque aborrecerá al uno y apreciará al otro, o será fiel al uno y del otro no hará caso. No podéis servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.


Él les dijo: —Vosotros pretendéis pasar por gente de bien delante de los demás, pero Dios sabe lo que hay en vuestro corazón; y aquello que la gente juzga valioso, para Dios es solo basura.


Que no se te ocurra pensar: «He alcanzado esta prosperidad gracias a mi esfuerzo y mis propios medios».


Inculca a los ricos de este mundo que no sean arrogantes y que no pongan su esperanza en algo tan inseguro como el dinero, sino que la pongan en Dios, que nos concede disfrutar de todo en abundancia.


Y también los conflictos sin fin, propios de personas con la mente embotada, de personas que están lejos de la verdad y piensan que la religión es un negocio.


Sé también que vas pregonando: «Soy rico, estoy forrado de dinero y nada necesito». ¡Pobre infeliz! ¿No sabes que eres miserable y pordiosero y ciego y que estás desnudo?


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