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Oseas 10:8 - La Palabra (versión española)

8 Los altozanos de la iniquidad, lugar del pecado de Israel, serán completamente destruidos; cardos y espinas crecerán en sus altares. Dirán a las montañas: «Cubridnos», y a las colinas: «Caed sobre nosotros».

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Biblia Reina Valera 1960

8 Y los lugares altos de Avén serán destruidos, el pecado de Israel; crecerá sobre sus altares espino y cardo. Y dirán a los montes: Cubridnos; y a los collados: Caed sobre nosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Y los santuarios paganos de Avén, donde Israel pecaba, se derrumbarán. Alrededor de sus altares crecerán espinos y cardos. Suplicarán a los montes: «¡Entiérrennos!», y rogarán a las colinas: «¡Caigan sobre nosotros!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Los santuarios altos de Aven, donde pecaba Israel, serán destruidos; zarzas y cardos cubrirán sus altares. Entonces dirán a las montañas: 'Escóndannos', y a los cerros: 'Caigan sobre nosotros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Los lugares altos de Avén° (pecado de Israel), serán destruidos, Y sobre sus altares crecerán los espinos y los abrojos. Entonces dirán a los montes: ¡Cubridnos! Y a los collados: ¡Caed sobre nosotros!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Abatidas serán las alturas de Avén, el pecado de Israel; espinas y abrojos treparán por sus altares. Entonces dirán a los montes: '¡Cubridnos!' y a los collados: '¡Caed sobre nosotros!'.

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Oseas 10:8
32 Referans Kwoze  

Cuando el hombre y su mujer sintieron los pasos de Dios, el Señor, que estaba paseando por el jardín al fresco de la tarde, corrieron a esconderse entre los árboles del jardín para que Dios no los viera.


que se puso a gritar contra el altar, por orden del Señor: —¡Altar, altar! Esto dice el Señor: «Nacerá un descendiente de David, llamado Josías, que sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los santuarios que ofrecen incienso sobre ti y quemará sobre ti huesos humanos».


Este fue el pecado de la dinastía de Jeroboán, por lo que fue exterminada y borrada del mapa.


El Señor castigará a Israel por los pecados que Jeroboán ha cometido y los que ha hecho cometer a Israel».


También derribó el altar de Betel y el santuario construido por Jeroboán, el hijo de Nabat, con el que hizo pecar a Israel; quemó el santuario hasta reducirlo a cenizas y quemó igualmente el poste sagrado.


Cuando todo esto concluyó, todos los israelitas recorrieron las ciudades de Judá, derribando las columnas, talando los postes sagrados y destruyendo los santuarios locales de los altos y todos los altares levantados en Judá y Benjamín, en Efraín y Manasés, hasta acabar con ellos. Luego los israelitas regresaron a sus ciudades y haciendas.


Se meterán en las grutas de las rocas, en las grietas del terreno, cuando llegue el Señor terrible, henchido de majestad, dispuesto a causar terror a la tierra.


se meterá en las grutas de las rocas, en las grietas de las peñas, cuando llegue el Señor terrible, henchido de majestad, dispuesto a causar terror a la tierra.


doleos por la tierra de mi pueblo fecunda en zarzas y cardos, por sus vecinos alegres, por la ciudad divertida.


Crecerán espinos en sus palacios, cardos y ortigas en sus torreones: convertida en guarida de chacales, en terreno de crías de avestruz.


Tienen el corazón dividido y ahora lo van a pagar. El Señor romperá sus altares y destruirá sus estelas.


Los habitantes de Samaría tiemblan por el becerro de Bet-Avén; el pueblo y sus sacerdotes hacen duelo por él, por su gloria, ahora que ha sido deportado.


Desde los días de Guibeá has seguido pecando, Israel. ¡Han persistido en su pecado! ¿No será entonces en Guibeá donde la guerra alcance a los inicuos?


Y no amaré a sus hijos, porque son hijos de prostitución.


En la cima de las montañas ofrecen sacrificios, en las colinas queman incienso; bajo la encina, el álamo y el terebinto, —¡es tan agradable su sombra!— se prostituyen vuestras hijas y vuestras nueras cometen adulterio.


Si tú, Israel, te prostituyes, que Judá no se haga culpable. No vayáis a Guilgal, no subáis a Bet-Avén y no juréis diciendo: «Vive el Señor».


Tocad el cuerno en Guibeá, la trompeta en Ramá, dad el grito de guerra en Bet-Avén. ¡Te atacan por la espalda, Benjamín!


Me repugna tu becerro, Samaría; por eso mi cólera ha estallado contra ellos. ¿Hasta cuándo permanecerán impuros?


La devastación los ha hecho huir; se reunirán en Egipto, Menfis será su sepultura. Las ortigas heredarán sus tesoros y las zarzas invadirán sus tiendas.


haré saltar el cerrojo de Damasco, aniquilaré al que habita en Bicat Avén y al que empuña el cetro en Bet Edén. El pueblo de Siria irá cautivo a Quir —dice el Señor.


Porque el día en que pida cuentas a Israel de todos sus delitos destruiré también los altares de Betel, serán arrancados los salientes del altar y caerán por tierra.


Serán devastados los altozanos de Isaac, arrasados los santuarios de Israel; entonces pelearé espada en mano contra la dinastía de Jeroboán».


y también los que juran por el ídolo de Samaría, diciendo: «Lo juro, Dan, por quien adoras como dios; y lo juro también, Berseba, por tu dios». Caerán a tierra y no se levantarán.


Enganchad los corceles al carro, habitantes de Laquis; allí comenzó el pecado de Sion, en ti se dieron cita las rebeldías de Israel.


Y es que Jacob se ha rebelado, Israel amontona pecados. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? ¿No está acaso en Samaría? ¿Cuáles los altozanos de Judá? ¿No están en la misma Jerusalén?


Pues bien, también a ti te van a emborrachar; también tú buscarás abrigo adonde escapar del enemigo.


La gente comenzará entonces a decir a las montañas: «¡Caed sobre nosotros!»; y a las colinas: «¡Sepultadnos!».


Después, agarré el objeto de vuestro pecado, el becerro que os habíais fabricado, y lo eché al fuego y, una vez desmenuzado y convertido en ceniza, lo tiré al torrente que baja de la montaña.


diciendo a cumbres y peñascos: —Caed sobre nosotros; ocultadnos para que no nos vea el que está sentado en el trono, para que no dé con nosotros la ira del Cordero.


Serán días en que todos buscarán la muerte, y no la encontrarán; suspirarán por morir, y la muerte huirá de ellos.


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