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Números 22:38 - La Palabra (versión española)

38 A lo que Balaán respondió: —Y ahora que he venido a ti, ¿podré decir lo que quiera? ¡Pues no! Solo podré pronunciar las palabras que Dios ponga en mi boca.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

38 Balaam respondió a Balac: He aquí yo he venido a ti; mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

38 —Mira —contestó Balaam—, ya he venido pero no está en mis manos decir lo que yo quiera. Hablaré únicamente el mensaje que Dios ponga en mi boca.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 Balaam respondió a Balac: 'Tú ves bien que he llegado, pero ¿qué puedo decir ahora? ¡Sólo las palabras que Dios pondrá en mi boca!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

38 Balaam respondió a Balac: ¡He aquí, ya he venido a ti! Pero… ¿podré hablar algo? La palabra que ’Elohim ponga en mi boca, esa tendré que hablar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 Balaán respondió a Balac: 'Ya ves que he venido hasta ti. Pero ¿qué podré decir yo? Únicamente diré la palabra que Dios ponga en mi boca'.

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Números 22:38
16 Referans Kwoze  

Miqueas contestó: —¡Juro por el Señor que solo anunciaré lo que me diga el Señor!


Pero el rey le dijo: —¿Cuántas veces tendré que pedirte bajo juramento que me digas solo la verdad en nombre del Señor?


Miqueas contestó: —¡Juro por el Señor que solo le anunciaré lo que me diga mi Dios!


El Señor frustra los planes de las naciones, hace fracasar los proyectos de los pueblos;


Hasta el furor de los humanos te engrandece, los que escapan a tu cólera te sirven de corona.


El ser humano concibe proyectos, lo que prevalece es la decisión del Señor.


que frustra los augurios de los adivinos, que hace desvariar a los agoreros; que hace retroceder a los sabios y convierte en ignorancia su saber;


Anuncio el futuro desde el principio, de antemano lo que no ha sucedido; hago que se mantengan mis decisiones, llevo a cabo todo lo que quiero.


Persiste en tus brujerías, en tus muchos sortilegios, que te han ocupado desde joven; quizá saques provecho, quizá inspires terror.


Pero Balaán respondió a los enviados de Balac: —Aunque Balac me dé su palacio repleto de plata y oro, yo no podré hacer nada, grande o pequeño, que vaya contra lo mandado por el Señor, mi Dios.


Balac dijo a Balaán: —¿Por qué no viniste cuando te mandé llamar por primera vez? ¿Acaso no está en mi mano recompensarte?


Acompañó Balaán a Balac hasta Quiriat-Jus


Él les respondió: —Pasad aquí esta noche y yo os contestaré según me diga el Señor. Se quedaron, en efecto, con Balaán aquella noche los dignatarios de Moab.


El Señor se manifestó a Balaán y, después de comunicarle las palabras que debía pronunciar, le dijo: —Vuelve adonde está Balac y comunícale mis palabras.


A lo que respondió Balaán: —¿No te he dicho que todo lo que el Señor me ordene, eso tengo que hacer?


«Aunque Balac me dé su palacio repleto de plata y oro, no podré hacer nada por propia iniciativa, ni bueno ni malo, si es contrario al mandato del Señor. Lo que el Señor ordene, eso diré»?


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