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Números 14:18 - La Palabra (versión española)

18 «El Señor es tardo para la ira y abundante en misericordia; el Señor perdona la iniquidad y la rebelión, pero no las deja impunes, sino que castiga la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación».

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Biblia Reina Valera 1960

18 Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 “El Señor es lento para enojarse y está lleno de amor inagotable y perdona toda clase de pecado y rebelión; pero no absuelve al culpable. Él extiende los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia se ve afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Yavé es paciente y rico en misericordia. Soportas la falta y el pecado, pero no dejas pasar la falta, porque el pecado de los padres lo castigas en los hijos, en los nietos y en los bisnietos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 YHVH, lento para la ira y grande en misericordia, que carga con la iniquidad y la transgresión, pero de ningún modo tiene por inocente al culpable° y visita la iniquidad de los padres sobre los hijos, sobre terceros y cuartos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 'Yahveh es tardo a la ira y rico en misericordia; soporta la falta y la transgresión, aunque no la deja impune, sino que castiga la falta de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación'.

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Números 14:18
26 Referans Kwoze  

No quisieron escucharte, no se acordaron de las maravillas que hiciste en su favor; rebeldes y tozudos, se empeñaron en regresar a su situación de esclavitud. Pero tú eres un Dios que perdona, un Dios clemente y compasivo, lento a la ira y rico en amor. Así que no los abandonaste,


¿Va a castigar Dios a sus hijos? ¡Que lo pague él y escarmiente!


El Señor es clemente y compasivo, paciente y lleno de amor.


pues tu amor llega hasta el cielo, hasta el firmamento tu verdad.


que la culpa de su padre se recuerde ante el Señor, que el pecado de su madre no se olvide,


El Señor es clemente y compasivo, paciente y grande en amor.


Él, misericordioso, perdonaba su pecado y no los destruía; su ira contenía una y otra vez, no desplegaba todo su furor.


Pero tú, mi Dios, Dios clemente y compasivo, paciente, lleno de amor y de verdad,


No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto; porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso que castiga en sus hijos, nietos y biznietos la maldad de los padres que me aborrecen;


pero con los que me aman y guardan mis mandamientos, soy misericordioso por mil generaciones.


Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de los pastores que apacientan a mi pueblo: Vosotros dispersasteis mi rebaño, lo expulsasteis y no os habéis preocupado de él. Pues bien, yo os voy a pedir cuentas de vuestras malas acciones —oráculo del Señor—


Aunque pones de manifiesto tu amor por generaciones, castigas la culpa de los padres en sus descendientes. Eres un Dios grande y poderoso: ¡Te llamas Señor del universo!


Nuestros padres pecaron y no viven, nosotros sufrimos su castigo.


y oró al Señor con estas palabras: —¡Oh, Señor! ¿Acaso no era esto lo que yo me decía mientras estaba en mi tierra? Por esto me apresuré a huir hacia Tarsis, porque yo sabía que tú eres un Dios benévolo y compasivo, lento para enojarte y lleno de amor; yo sabía que te retractas del castigo.


¿Qué Dios perdona el pecado y pasa por alto, como haces tú, las culpas al resto de su heredad? No mantendrá por siempre su ira, pues se complace en el amor.


Ahora, pues, Señor mío, te ruego que hagas honor a tu fortaleza, como tú mismo lo prometiste al decir:


No hay desgracia a la vista para Jacob, ni cabe infortunio en Israel. El Señor su Dios está con él y como su rey ellos lo aclaman.


Así que, lo mismo que el pecado implantó el reinado de la muerte, ahora será la gracia la que reine por la justicia, conduciéndonos a la vida eterna por medio de Jesucristo, Señor nuestro.


pero con los que me aman y cumplen mis mandamientos, soy misericordioso por mil generaciones.


No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres que me aborrecen, en sus hijos, nietos y biznietos;


pero que castiga y hace perecer a aquellos que lo aborrecen. No tarda en darles su merecido.


Reconoce, entonces, que el Señor tu Dios es realmente Dios. Él es Dios fiel, que a lo largo de mil generaciones mantiene su alianza y tiene misericordia de aquellos que lo aman y cumplen sus mandamientos,


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