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Números 14:11 - La Palabra (versión española)

11 Y el Señor dijo a Moisés: —¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo seguirán sin creer en mí a pesar de todas las señales que he hecho en medio de ellos?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Y el Señor le dijo a Moisés: «¿Hasta cuándo me despreciará este pueblo? ¿Nunca me creerán, aun después de todas las señales milagrosas que hice entre ellos?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yavé dijo a Moisés: '¿Hasta cuándo me va a seguir menospreciando este pueblo? ¿Hasta cuándo va a tener poca confianza en mí después de todos los prodigios que he hecho en medio de él?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 y YHVH dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me despreciará este pueblo? ¿Hasta cuándo se negará a creer en mí, con todos los prodigios que he obrado en su seno?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Y Yahveh dijo a Moisés: '¿Hasta cuándo me va a menospreciar este pueblo? ¿Hasta cuándo va a desconfiar de mí, a pesar de todos los prodigios que he obrado en medio de ellos?

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Números 14:11
29 Referans Kwoze  

Despreciaron una tierra deliciosa, no confiaron en su palabra.


porque no habían creído en Dios, no confiaban en su salvación.


A pesar de ello siguieron pecando, no confiaron en sus maravillas.


«No endurezcáis el corazón como en Meribá, como en el desierto el día de Masá,


Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón y le dijeron: —Esto dice el Señor, Dios de los hebreos: ¿Hasta cuándo te negarás a humillarte ante mí y a dejar salir a mi pueblo para que me rinda culto?


Entonces Moisés les dijo por encargo del Señor: —¿Hasta cuándo vais a seguir desobedeciendo los mandatos y las leyes del Señor?


Hazle caso y escucha su voz; no te rebeles contra él, porque mi autoridad reside en él, y no perdonará vuestros actos de rebeldía.


El Señor continuó diciendo: —Me estoy dando cuenta de que este pueblo es muy testarudo.


«¿Hasta cuándo los ingenuos amaréis la ingenuidad, los insolentes disfrutaréis con la insolencia, los necios odiaréis el saber?


Este pueblo canalla que se niega a escuchar mis palabras, que sigue la maldad de su mente retorcida, que va tras dioses extraños dándoles culto y adorándolos, acabará como este cinturón que no sirve para nada.


Limpia tu corazón de maldad, Jerusalén, si quieres salvarte. ¿Hasta cuándo ocuparán tu pecho tantos proyectos criminales?


Pero Israel se rebeló contra mí en el desierto: no se condujeron conforme a mis normas y despreciaron mis preceptos, que dan vida a la persona que los cumple; profanaron mis sábados todo lo que quisieron. Pensé entonces derramar mi cólera sobre ellos en el desierto, hasta exterminarlos.


Me repugna tu becerro, Samaría; por eso mi cólera ha estallado contra ellos. ¿Hasta cuándo permanecerán impuros?


Así dice el Señor del universo: —Lo mismo que castigué y no tuve compasión de vuestros antepasados cuando provocaron mi cólera —dice el Señor del universo—,


entrará en la tierra que prometí con juramento a sus antepasados; ninguno de los que me han irritado la verá.


—He oído las murmuraciones de los israelitas que se quejan de mí. ¿Por cuánto tiempo más murmurará contra mí esta depravada comunidad?


Fue entonces cuando el Señor estalló en cólera y juró:


Jesús exclamó: —¡Gente incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo habré de estar entre vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros? Traedme aquí al muchacho.


Jesús exclamó: —Gente incrédula, ¿hasta cuándo habré de estar entre vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros? Traedme al muchacho.


pero, si las realizo, fiaos de ellas, aunque no queráis fiaros de mí. De este modo conoceréis y os convenceréis de que el Padre está en mí, y yo en el Padre.


A pesar de haber visto con sus propios ojos los grandes milagros que Jesús había hecho, no creían en él.


Si yo no hubiera realizado ante ellos cosas que nadie ha realizado, no serían culpables; pero han visto esas cosas y, a pesar de todo, siguen odiándonos a mi Padre y a mí.


A pesar de eso, ninguno de vosotros confió en el Señor vuestro Dios,


¿Y quiénes fueron los que, habiendo escuchado la voz del Señor, se rebelaron? ¿No fueron acaso todos los que habían salido de Egipto guiados por Moisés?


Y ¿a quiénes, sino a los rebeldes, aseguró con juramento que no entrarían en su descanso?


no endurezcáis vuestros corazones, como hicieron los que se rebelaron en el desierto el día de la prueba.


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