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Números 11:4 - La Palabra (versión española)

4 La gente extraña que se había mezclado con los israelitas sintió ansia de comer, y los propios israelitas lloraban diciendo: —¿Quién nos proporcionará carne para comer?

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces la gentuza extranjera que viajaba con los israelitas comenzó a tener fuertes antojos por las cosas buenas de Egipto. Y el pueblo de Israel también comenzó a quejarse: «¡Oh, si tuviéramos un poco de carne! —exclamaban—.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El montón de gente extraña que se encontraba en medio de los Israelitas sólo pensaba en comer, y hasta los mismos israelitas se pusieron a quejarse. Decían: '¿Quién nos dará carne para comer?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y la chusma° que iba en medio de ellos sintió otra vez un gran deseo, y los hijos de Israel también lloraron, y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Una chusma que se habían mezclado con el pueblo sintió tan insaciable apetito que incluso los israelitas rompieron a lamentarse de nuevo y decían: '¡Quién nos diera a comer carne!

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Números 11:4
16 Referans Kwoze  

Al oír esta ley, excluyeron de Israel a todos los extranjeros.


En el desierto la avidez los consumía, en el yermo retaron a Dios.


Además partió con ellos una enorme muchedumbre de gente con gran cantidad de ovejas y vacas.


—He oído las murmuraciones de los israelitas. Ahora diles: «Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan». Así reconoceréis que yo soy el Señor vuestro Dios.


diciendo: —¡Más nos valdría que el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. Pero vosotros nos habéis traído a este desierto para hacer morir de hambre a toda esta muchedumbre.


si decís: «No; vamos a ir al país de Egipto, donde no veremos guerras ni oiremos el toque de trompeta ni pasaremos hambre; allí nos instalaremos»,


Y al pueblo le dirás: «Purificaos para mañana pues vais a comer carne. Vuestras quejas han llegado a oídos del Señor cuando decíais: “¡Quién nos diera carne para comer! ¡Ciertamente nos iba mejor en Egipto!”. Pues bien, el Señor os dará carne, y comeréis.


Entonces toda la comunidad comenzó a lamentarse a gritos y el pueblo pasó toda la noche llorando.


que ninguno de los que vieron mi gloria y los prodigios que hice en Egipto y en el desierto, ninguno de los que me han puesto a prueba tantas veces y se han negado a escuchar mi voz,


¿No es suficiente que nos hayas sacado de una tierra que mana leche y miel para hacernos morir en el desierto, que ahora pretendes también enseñorearte de nosotros?


Al contrario, revestíos de Jesucristo, el Señor, y no fomentéis las desordenadas apetencias de la humana naturaleza.


Todo aquello sucedió para servirnos de ejemplo a nosotros; para que no corramos tras el mal, como ellos corrieron;


No os engañéis: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».


En Taberá, en Masá y en Quibrot Hatavá provocasteis también la ira del Señor.


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