Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Miqueas 6:9 - La Palabra (versión española)

9 Oíd al Señor que llama a la ciudad, —y es de sabios respetar su nombre—; escucha, pueblo y consejo de la ciudad.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 La voz de Jehová clama a la ciudad; es sabio temer a tu nombre. Prestad atención al castigo, y a quien lo establece.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

9 ¡Si son sabios, teman al Señor! Su voz llama a todos en Jerusalén: «Los ejércitos de destrucción se acercan; el Señor los envía.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Resuena la voz de Yavé en la ciudad: Escuchen, tribus, óyeme asamblea de la ciudad.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

9 ¡Oh tribu, oye! La voz de YHVH clama a la ciudad: Él salvará a los que temen su Nombre, A quienes aún ha de congregar.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Oigo que Yahveh clama a la ciudad: 'Escuchad, tribu y asamblea de la ciudad:

Gade chapit la Kopi




Miqueas 6:9
43 Referans Kwoze  

En tiempos de David hubo un hambre que duró tres años seguidos. David consultó al Señor, y el Señor le respondió: —Es porque Saúl y su familia están manchados de sangre desde que mató a los gabaonitas.


Diré a Dios: «No me declares culpable; y dime por qué eres mi adversario.


Seguro que ejecuta mi sentencia, como hace en casos parecidos.


¡Dichoso aquel a quien Dios corrige! No rechaces la lección del Todopoderoso,


Quien sea sabio que medite estas cosas, que comprenda el amor del Señor.


tu nombre y tu alabanza llegan hasta los confines de la tierra, tu diestra está llena de justicia.


que sepan que tu nombre es el Señor y solo tú eres Altísimo en la tierra entera.


El Señor se ha revelado, ha hecho justicia, el malvado está atrapado en sus propias obras. [Pausa]


El prudente ve el peligro y se esconde, los incautos se arriesgan y lo pagan.


Señor, tu mano está alzada, pero no se fijan en ella. Que vean avergonzados tu celo por el pueblo, que un fuego devore a tus adversarios.


Sola está la ciudad fortificada: no es más que una morada abandonada, olvidada lo mismo que un desierto. Allí pastan los terneros, tumbados consumen sus ramas.


El Señor en persona viene de lejos, arde su cólera entre densa humareda, sus labios están repletos de furor, su lengua parece fuego devorador.


Una voz atronadora sale de la ciudad, una voz que procede del Templo; es la voz del Señor que retribuye, que da su merecido a sus enemigos.


El Señor cortó cabeza y cola, palmas y juncos en un solo día.


—Miqueas de Morasti profetizó en tiempos de Ezequías, rey de Judá, a toda la población de Judá, en estos términos: Así dice el Señor del universo: Sion será un campo arado, Jerusalén, un montón de ruinas, y el monte del Templo un cerro de maleza.


haré con este Templo lo mismo que hice con Siló, y convertiré esta ciudad en fórmula de maldición para todas las naciones de la tierra.


¿Cómo puede estar quieta si recibió una orden del Señor, si la ha convocado contra Ascalón y el litoral?


No te miraré compadecido, ni pienso perdonarte: te haré responsable de tu conducta, tendrás contigo a tus maldades. Y reconoceréis que yo soy el Señor, el que castiga.


Entonces Efraín [se dirá]: «¿Qué me importan los ídolos?». Y yo respondo y lo protejo, pues soy como abeto siempre verde y de mí procede tu fruto.


enviaré contra Judá un fuego que devorará los palacios de Jerusalén.


¡Ay de quienes se sienten seguros en Sion y viven tranquilos en la montaña de Samaría! ¡Los que presumen de jefes de la nación más importante y a los que acude el pueblo de Israel!


Pues bien, por vuestra culpa Sion será arada como un campo, Jerusalén terminará en montón de piedras y el monte del Templo en cerro de espinos.


¿Voy a seguir soportando vuestra maldad y el que os hayáis enriquecido inicuamente, usando medidas menguadas y detestables?


Se te ha hecho conocer lo que está bien, lo que el Señor exige de ti, ser mortal: tan solo respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios.


No ha escuchado la voz ni ha admitido la corrección; no ha confiado en el Señor ni se ha acercado a su Dios.


Yo reprendo y castigo a los que amo. Esfuérzate, pues, y cambia de conducta.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite