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Miqueas 5:5 - La Palabra (versión española)

5 que pastorearán Asiria con la espada y el país de Nemrod con el acero. Porque él será quien nos libre cuando Asiria invada nuestra tierra y ponga su pie en nuestro territorio.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Y este será nuestra paz. Cuando el asirio viniere a nuestra tierra, y cuando hollare nuestros palacios, entonces levantaremos contra él siete pastores, y ocho hombres principales;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Y él será la fuente de paz. Cuando los asirios invadan nuestra tierra y penetren en nuestras defensas, nombraremos a siete gobernantes para que nos vigilen, a ocho príncipes para que nos dirijan.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Con su espada dominará a Asiria, sus armas someterán la tierra de Nemrod. Así, nos librará de los asirios cuando invadan nuestro territorio y traspasen nuestras fronteras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y Él será nuestra paz. Si Asiria se atreviera a invadir nuestra tierra, Si tratara de pisotear nuestros palacios, La enfrentaremos siete pastores y ocho capitanes,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 que pastorearán el país de Asur con la espada y la tierra de Nemrod con el acero. Él nos librará de Asur, cuando éste invada nuestra tierra, cuando pise nuestro territorio.

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Miqueas 5:5
31 Referans Kwoze  

Seis veces te salva de apuros y a la séptima te evita los males;


Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz mientras dure la luna.


Hay tres cosas que me desbordan y una cuarta que no comprendo:


Hay tres seres de paso garboso y un cuarto de airoso caminar:


Hay seis cosas que detesta el Señor y una séptima que aborrece del todo:


Reparte entre siete o entre ocho, porque no sabes qué desgracia vendrá sobre la tierra.


será pisoteada en mis montes; se librarán los míos de su yugo, caerá su carga de sus hombros».


el que llama a Ciro: «pastor mío»: él llevará a cabo mis propósitos, ordenará la reconstrucción de Jerusalén y la instalación de los cimientos del Templo.


Y temerán en occidente el nombre del Señor, en oriente respetarán su gloria, pues vendrá como torrente impetuoso, impulsado por el aliento del Señor.


Así dice el Señor: Si aparece un racimo con zumo, se dice: «No dejéis que se pierda, parece que promete buen vino»; pues lo mismo haré con mis siervos, no dejaré que todos se pierdan.


Pues bien, será el propio Señor quien os dará una señal: Vedla, la joven está embarazada y va a dar a luz un hijo, al que llamará Dios-con-nosotros.


En aquellos días y en aquel tiempo le brotará a David un vástago legítimo que impondrá en el país la justicia y el derecho.


Esto es lo que dice el Señor: Son tantos los delitos de Damasco que no los dejaré sin castigo. Por haber triturado a Galaad empleando trillos de hierro,


Esto es lo que dice el Señor: Son tantos los delitos de Gaza, que no los dejaré sin castigo. Por haber deportado a poblaciones enteras entregándoselas a Edom,


Atravesarán el mar de la angustia, mientras el Señor golpeará las olas del mar y el cauce del río quedará seco. Será abatido el orgullo de Asiria y el poder de Egipto acabará.


Ardo de ira contra los pastores, castigaré a los guías del rebaño. El Señor del universo ha visitado al pueblo de Judá, que es su rebaño, y hará de él su caballo victorioso en el combate.


Aquel día convertiré a los clanes de Judá en montón ardiente de leña, en tea encendida entre gavillas de mies; a derecha e izquierda devorarán a todas las naciones de su entorno, mientras Jerusalén volverá a ser habitada donde siempre.


Destruirá los carros de guerra de Efraín y aniquilará la caballería de Jerusalén; quebrará los arcos de guerra y anunciará la paz a las naciones. Dominará de un mar a otro mar, desde el río Éufrates hasta los confines de la tierra.


He tensado como un arco a Judá, he cargado [de flechas] a Efraín; lanzaré, Sion, a tus hijos contra los tuyos, país de Javán, y te blandiré, Sion, como blande un valiente su espada.


—¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!


La paz os dejo, mi paz os doy. Una paz que no es la que el mundo da. No viváis angustiados ni tengáis miedo.


Os he dicho todo esto para que, unidos a mí, encontréis paz. En el mundo tendréis sufrimientos; pero ¡ánimo!, yo he vencido al mundo.


Ellos harán la guerra al Cordero; pero el Cordero, que es Rey de reyes y Señor de señores, los derrotará, y en su triunfo participarán los llamados, los elegidos y los creyentes.


Cubiertos de finísimo lino resplandeciente de blancura, los ejércitos del cielo galopan tras sus huellas sobre blancos caballos.


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