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Mateo 9:13 - La Palabra (versión española)

13 A ver si aprendéis lo que significa aquello de: Yo no quiero que me ofrezcáis sacrificios, sino que seáis compasivos. Yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los pecadores.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Luego añadió: «Ahora vayan y aprendan el significado de la siguiente Escritura: “Quiero que tengan compasión, no que ofrezcan sacrificios”. Pues no he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Vayan y aprendan lo que significa esta palabra de Dios: Me gusta la misericordia más que las ofrendas. Pues no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 ¡Id y aprended qué significa:° Misericordia quiero y no sacrificio!,° porque no vine a llamar a justos sino a pecadores.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Id, pues, y aprended qué significa: Amor quiero y no sacrificios: porque no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores'.

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Mateo 9:13
39 Referans Kwoze  

Practicar la justicia y el derecho es para el Señor preferible al sacrificio.


Porque quiero amor y no sacrificio, conocer a Dios y no holocaustos.


Jesús les contestó: —¿Es que no habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros sintieron hambre?


¿O no habéis leído en la ley de Moisés que los sacerdotes no pecan aunque trabajen durante el sábado en el Templo?


Si hubierais entendido lo que significa aquello de: Yo no quiero que me ofrezcáis sacrificios, sino que seáis compasivos, no condenaríais a los inocentes.


Jesús les contestó: —Vosotros habéis leído que Dios, cuando creó al género humano, los hizo hombre y mujer


Añadió Jesús: —¿Acaso no habéis leído en las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores se ha convertido en la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y nos resulta verdaderamente maravilloso?


Decía: —Convertíos, porque ya está cerca el reino de los cielos.


Demostrad con hechos vuestra conversión


A partir de aquel momento, Jesús comenzó a predicar diciendo: —Convertíos, porque ya está cerca el reino de los cielos.


En cuanto a que los muertos han de resucitar, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, lo que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?


Y amar a Dios con todo nuestro corazón, con todo nuestro entendimiento y con todas nuestras fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios.


Jesús lo oyó y les dijo: —No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los pecadores.


Jesús le contestó: —¿Qué está escrito en la ley de Moisés? ¿Qué lees allí?


En efecto, el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.


y también que en su nombre se ha de proclamar a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén, un mensaje de conversión y de perdón de los pecados.


Jesús les contestó: —No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos.


Yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los pecadores, para que se conviertan.


Jesús les replicó: —¿No está escrito en vuestra ley que Dios dijo: Vosotros sois dioses?


Estas razones hicieron callar a los oyentes, que alabaron a Dios y comentaron: —¡Así que Dios ha concedido también a los no judíos la oportunidad de convertirse para alcanzar la vida eterna!


Pedro les contestó: —Convertíos y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo, a fin de obtener el perdón de vuestros pecados. Entonces recibiréis, como don de Dios, el Espíritu Santo.


He instado a judíos y no judíos a convertirse a Dios y a creer en Jesús, nuestro Señor.


Por tanto, convertíos y volved a Dios, para que vuestros pecados os sean borrados.


Ha sido Dios quien lo ha elevado a la máxima dignidad y lo ha constituido jefe y salvador, para ofrecer a la nación israelita la ocasión de convertirse y de alcanzar el perdón de los pecados.


No es que el Señor se retrase en cumplir lo prometido, como algunos piensan; es que tiene paciencia con vosotros y no quiere que nadie se pierda, sino que todos se conviertan.


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