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Mateo 8:11 - La Palabra (versión española)

11 Y os advierto que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Y les digo que muchos gentiles vendrán de todas partes del mundo —del oriente y del occidente— y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en la fiesta del reino del cielo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yo se lo digo: vendrán muchos del oriente y del occidente para sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y os digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y se reclinarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Os digo, pues, que muchos vendrán de oriente y de occidente a ponerse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos;

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Mateo 8:11
40 Referans Kwoze  

Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. ¡En ti serán benditas todas las familias de la tierra!


y, puesto que me has obedecido, todas las naciones de la tierra serán bendecidas por medio de tu descendencia.


Tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra: te extenderás a oriente y a occidente, al norte y al sur. Por ti y tu descendencia todos los pueblos de la tierra serán benditos.


No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien obedecerán los pueblos.


Recordarán al Señor y volverán hacia él desde todos los confines de la tierra; se postrarán ante ti todas las naciones.


Ha recordado su amor y su verdad hacia la casa de Israel, han visto los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.


Aquel día la raíz de Jesé será el estandarte de los pueblos, a ella acudirán las naciones y será esplendorosa su morada.


Mirad, ya llegan de lejos: unos del norte y del oeste, otros del país de Siene.


Es muy poco que seas mi siervo para restaurar a las tribus de Jacob y reconducir al resto de Israel. Voy a hacerte luz de las naciones para que llegue mi salvación hasta el confín de la tierra.


El Señor muestra su poder a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria que trae nuestro Dios.


Y temerán en occidente el nombre del Señor, en oriente respetarán su gloria, pues vendrá como torrente impetuoso, impulsado por el aliento del Señor.


Señor, fuerza y fortaleza mías, mi amparo cuando llega el peligro. A ti acudirán los paganos de todos los rincones de la tierra diciendo: «Solo mentira es el legado de nuestros antepasados: pura nadería, inutilidad completa».


En tiempo de estos reyes, el Dios del cielo hará que surja un reino que nunca será destruido. No cederá su poder a otros pueblos, antes bien hará trizas y aniquilará a los otros reinos; y él subsistirá para siempre.


Porque, desde el levante hasta el poniente, se reconoce la grandeza de mi nombre en todas las naciones, y en todo lugar se me ofrece incienso y una ofrenda pura. Ciertamente se reconoce la grandeza de mi nombre en todas las naciones —dice el Señor del universo—,


Contestaron a Jesús: —Son unos miserables; los hará perecer sin compasión y confiará la viña a otros labradores que le entreguen a su tiempo el fruto que le corresponda.


Y él enviará a sus ángeles para que a toque de trompeta convoquen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del cielo.


Decía: —Convertíos, porque ya está cerca el reino de los cielos.


Jesús se quedó admirado al oír esto. Y dijo a los que lo seguían: —Os aseguro que no he encontrado en Israel a nadie con una fe tan grande como esta.


¡Felices aquellos criados a quienes el amo, al llegar, los encuentre vigilando! Os aseguro que los hará sentarse a la mesa y él mismo se pondrá a la tarea de servirles la comida.


Cuando el pobre murió, los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Tiempo después murió también el rico, y fue enterrado.


Los creyentes judíos que habían llegado con Pedro estaban sorprendidos de que también sobre los no judíos se derramase el don del Espíritu Santo.


Estas razones hicieron callar a los oyentes, que alabaron a Dios y comentaron: —¡Así que Dios ha concedido también a los no judíos la oportunidad de convertirse para alcanzar la vida eterna!


animando de paso a los creyentes y exhortándolos a permanecer firmes en la fe: «Para entrar en el reino de Dios —les advertían— nos es necesario pasar por muchos sufrimientos».


A su llegada, reunieron en asamblea a la iglesia e informaron ampliamente de todo lo que Dios había realizado por mediación de ellos y de cómo se había mostrado favorable a que también los no judíos abrazasen la fe.


Pero no, Cristo ha resucitado venciendo la muerte y su victoria es anticipo de la de aquellos que han muerto.


¿Ignoráis acaso que los que hacen el mal no tendrán parte en el reino de Dios? No os llaméis a engaño: ni los lujuriosos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,


Un plan que consiste en que los paganos comparten la misma herencia, son miembros del mismo cuerpo y participan de la misma promesa que ha hecho Cristo Jesús por medio del evangelio,


Ya no hay fronteras de raza, religión, cultura o condición social, sino que Cristo es todo en todos.


y que son una señal del justo juicio de Dios que quiere haceros dignos del reino por el cual ahora sufrís.


de Aser, de Neftalí y de Manasés;


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