Mateo 6:6 - La Palabra (versión española)

⁶ Tú, cuando ores, métete en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está allí a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁶ Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁶ Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁶ Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁶ Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento interior, cierra con llave tu puerta° y ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁶ Pero tú, cuando hagas tu oración, entra en tu aposento y, cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te dará la recompensa.

Mateo 6:6 Referans Kwoze

2 Reyes 4:33

Pasó a la habitación, cerró la puerta tras de sí y se puso a orar al Señor.

Salmos 34:15

La mirada del Señor está sobre los justos, sus oídos junto a su grito de socorro;

Proverbios 25:22

así harás que la cara le arda de vergüenza y el Señor te recompensará.

Isaías 26:20

Pueblo mío, entra en tu casa, cierra las puertas tras de ti, escóndete solo un momento hasta que pase la cólera.

Isaías 65:24

Antes de que me llamen responderé, estarán aún hablando y los escucharé.

Mateo 14:23

Después de despedirla, subió al monte para orar a solas. Y todavía seguía allí él solo al llegar la noche.

Mateo 6:18

para que nadie se entere de que ayunas, excepto tu Padre que ve hasta lo más secreto. Y tu Padre, que ve hasta lo más secreto, te recompensará.

Mateo 6:4

Así tu buena obra quedará oculta y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

Juan 1:48

Natanael le preguntó: —¿De qué me conoces? Jesús respondió: —Antes que Felipe te llamara, ya te había visto yo cuando estabas debajo de la higuera.

Juan 20:17

Jesús le dijo: —No me retengas, porque todavía no he ido a mi Padre. Anda, ve y diles a mis hermanos que voy a mi Padre, que es también vuestro Padre; a mi Dios, que es también vuestro Dios.

Hechos 10:30

Entonces Cornelio respondió: —Hace cuatro días, a esta misma hora, estaba yo aquí en mi casa ocupado en la oración de la tarde, cuando, de pronto, se presentó ante mí un hombre vestido con una túnica resplandeciente.

Hechos 10:9

Al día siguiente, mientras los enviados iban aún de camino, ya cerca de la ciudad, Pedro subió a la terraza para orar a eso del mediodía.

Hechos 9:40

Pedro hizo salir a todos y, arrodillándose, se puso a orar. Se acercó después al cadáver y dijo: —¡Tabita, levántate! Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó en el lecho.

Romanos 8:5

Los que viven entregados a sus desordenados apetitos, se preocupan de satisfacer esos apetitos; en cambio, los que viven según el Espíritu, se preocupan de hacer lo que es propio del Espíritu.

Efesios 3:14

Por todo lo cual me pongo de rodillas ante el Padre,