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Mateo 6:13 - La Palabra (versión española)

13 No nos dejes caer en tentación, y líbranos del maligno.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 No permitas que cedamos ante la tentación, sino rescátanos del maligno.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y no nos metas en prueba,° mas líbranos del mal.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 y no permitas que seamos tentados, sino líbranos del mal.

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Mateo 6:13
57 Referans Kwoze  

Después de estos hechos, Dios quiso poner a prueba a Abrahán; así que lo llamó: —¡Abrahán! Respondió Abrahán: —Aquí estoy.


Benaías, el hijo de Joyadá, respondió al rey: —¡Amén! Que así lo decrete el Señor, Dios de mi señor, el rey.


¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde siempre y para siempre! Y todo el pueblo dijo: —¡Amén! ¡Aleluya!


Tuyos son, Señor, la grandeza, el poder, la gloria, el honor y la majestad, porque todo cuanto hay en cielo y tierra te pertenece, y ejerces el reinado y el dominio sobre todo.


Jabés clamó al Dios de Israel: «Bendíceme, ensancha mis fronteras, ayúdame y líbrame de la desgracia para que no sufra». Y Dios le concedió lo que había pedido.


El Señor es el rey eterno, los paganos desaparecerán de su tierra.


¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde siempre y para siempre! Y que todo el pueblo diga: ¡Amén! ¡Aleluya!


Porque del Señor es la realeza, él domina a las naciones.


¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde siempre y para siempre! ¡Amén, amén!


porque el Señor Altísimo es admirable, es el gran rey de la tierra entera.


Dios es rey de la tierra entera, ¡cantadle vosotros un himno!


bendito sea su glorioso nombre por siempre, que llene su gloria la tierra entera. ¡Amén, amén!


¡Bendito sea Dios por siempre! ¡Amén, amén!


¡El Señor reina eternamente!


aleja de mí la falsedad y la mentira; y no me des pobreza ni riqueza, sino solo el alimento necesario;


Te salvaré de manos de los malvados, te rescataré del puño de los violentos.


en los siguientes términos: —¡Amén, así lo haga el Señor! Que el Señor mantenga las palabras que has profetizado haciendo que vuelvan de Babilonia a este lugar tanto todos los desterrados como el ajuar del Templo del Señor.


Esto fue lo que le sucedió al rey Nabucodonosor.


Después de ellos, los santos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán para siempre, por los siglos de los siglos».


que esta agua que acarrea maldición penetre en tus entrañas y haga que se hinche tu vientre y se malogre tu criatura». Y la mujer contestará: «Amén, amén».


Velad y orad para que no desfallezcáis en la prueba. Es cierto que tenéis buena voluntad, pero os faltan las fuerzas.


y enseñándoles a cumplir todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.


Decid simplemente: «sí» o «no»; todo lo que se diga de más, procede del maligno.


Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra lo mismo que se hace en el cielo.


No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal.


Hasta ahora, ninguna prueba os ha sobrevenido que no pueda considerarse humanamente soportable. Dios es fiel y no permitirá que seáis puestos a prueba más allá de vuestras fuerzas; al contrario, junto con la prueba os proporcionará también la manera de superarla con éxito.


Supongamos que, impulsado por el Espíritu, prorrumpes en una alabanza a Dios; ¿cómo podrá responder «Amén» a tu acción de gracias el simple fiel, si no sabe lo que has dicho?


pues todas las promesas de Dios se han hecho realidad en él. Precisamente por eso, él sustenta el «Amén» con que nosotros glorificamos a Dios.


Jesucristo ha entregado su vida por nuestros pecados y nos ha liberado de esta era infestada de maldad, conforme a lo dispuesto por Dios nuestro Padre,


que te alimentó en el desierto con el maná, un alimento que no conocieron tus antepasados. El Señor te afligió y te probó, para al final hacerte dichoso.


Acuérdate del camino que durante cuarenta años el Señor tu Dios te hizo recorrer por el desierto para afligirte y ponerte a prueba, con el fin de conocer las inclinaciones de tu corazón y ver si cumplirías sus mandamientos.


en espera de que su Hijo Jesús, a quien resucitó de la muerte, venga desde el cielo y nos libre del castigo que ha de llegar.


¡Pero el Señor es fiel! Él os hará fuertes y os librará del maligno.


Al que es rey de los siglos, al Dios inmortal, invisible y único, honor y gloria por siempre y para siempre. Amén.


Otros soportaron ultrajes, latigazos, cadenas y cárceles;


No os dejéis seducir ni sorprender. Vuestro enemigo el diablo ronda como león rugiente buscando a quién devorar.


El Señor sabe librar de la prueba a los creyentes y reservar, en cambio, a los impíos para castigarlos el día del juicio;


Pero el que sigue pecando pertenece al diablo, porque el diablo es pecador desde el principio del mundo. El Hijo de Dios vino para aniquilar la obra del diablo,


Yo soy el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo en mi poder las llaves de la muerte y del abismo.


Después de esto, oí algo como la voz sonora de una gran muchedumbre que cantaba en el cielo: —¡Aleluya! Nuestro Dios es un Dios salvador, fuerte y glorioso,


Los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes cayeron, entonces, rostro en tierra y, adorando a Dios, que está sentado en el trono, decían: —¡Amén! ¡Aleluya!


No te acobardes ante los sufrimientos que te esperan. Es verdad que el diablo va a poner a prueba a algunos de vosotros metiéndolos en la cárcel; pero vuestra angustia durará poco tiempo. Tú, permanece fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de vida.


Enjugará las lágrimas de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, porque todo lo viejo ha desaparecido.


Y ya que has sido fiel a mi consigna de aguantar con paciencia el sufrimiento, yo lo seré contigo en esta difícil hora que se avecina sobre el mundo entero, en la que serán puestos a prueba los habitantes de la tierra.


Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el que está en el origen de la obra creadora de Dios:


Y oí también que las criaturas todas del cielo y de la tierra, las que estaban debajo de la tierra y en el mar decían: —Alabanza, honor, gloria y poder por los siglos sin fin al que está sentado en el trono y al Cordero.


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