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Mateo 5:12 - La Palabra (versión española)

12 ¡Alegraos y estad contentos, porque en el cielo tenéis una gran recompensa! ¡Así también fueron perseguidos los profetas que vivieron antes que vosotros!

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Biblia Reina Valera 1960

12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 ¡Alégrense! ¡Estén contentos, porque les espera una gran recompensa en el cielo! Y recuerden que a los antiguos profetas los persiguieron de la misma manera.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien saben que así persiguieron a los profetas que vivieron antes de ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Alegraos y gozaos, pues vuestro galardón es grande en los cielos, porque así persiguieron a los profetas° antes de vosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos. De esta misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.

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Mateo 5:12
51 Referans Kwoze  

Después de estos sucesos, el Señor habló a Abrán en una visión y le dijo: —No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y muy grande va a ser tu recompensa.


¿No te han contado lo que hice cuando Jezabel estaba matando a los profetas del Señor? Escondí a cien de ellos en dos cuevas, cincuenta por cueva, y les proporcioné alimento y comida.


y cuando Jezabel quiso acabar con los profetas del Señor, recogió a cien de ellos, los escondió en cuevas en dos grupos de cincuenta y les proporcionó alimento y agua.


Entonces Jezabel envió un mensajero a comunicar a Elías: —Que los dioses me castiguen, si mañana a estas horas no hago contigo lo que les has hecho a ellos.


Ajab dijo a Elías: —¡Me has descubierto, enemigo mío! Elías respondió: —¡Sí, te he descubierto! Puesto que has ofendido al Señor con tus acciones,


El rey de Israel le respondió: —Sí, aún queda alguien a través del cual podemos consultar al Señor: Miqueas, el hijo de Jimlá. Pero yo lo detesto, porque no me profetiza venturas, sino desgracias. Josafat le dijo: —El rey no debe hablar así.


Entonces envió contra él a un capitán con cincuenta hombres. Cuando llegó, Elías estaba sentado en la cima del monte. Entonces le dijo: —Hombre de Dios, el rey ordena que bajes.


Asá se indignó con el profeta y lo metió en la cárcel, enfurecido por sus palabras. Por aquella época Asá también reprimió duramente a algunos ciudadanos.


pero ellos se reían de los mensajeros divinos, despreciaban sus palabras y se burlaban de sus profetas, hasta que estalló la cólera del Señor y no hubo remedio.


Pero no te obedecieron y se rebelaron contra ti dando la espalda a tu ley. Mataron a tus profetas, que les reprendían para que se convirtieran a ti, y te ofendieron gravemente.


Tu siervo está atento a ellos; grande es el premio si se respetan.


Y todos dirán: «El justo tiene su premio, hay un Dios que imparte justicia en la tierra».


El malvado obtiene ganancia engañosa; a quien siembra justicia, recompensa segura.


Dichoso el justo, le irá bien, comerá del fruto de sus acciones.


En vano castigué a vuestros hijos, pues no han aprendido la lección. Vuestra espada devoró a los profetas, lo mismo que un león depredador.


Cuando Jeremías terminó de transmitir todo lo que el Señor le había ordenado decir al pueblo, los sacerdotes y profetas lo detuvieron y le dijeron: —Eres reo de muerte.


Jeremías le dijo: —Eso es mentira. Yo no me he pasado a los caldeos. Pero Jirías no le hizo caso. Apresó a Jeremías y lo llevó ante los dignatarios.


El Hijo del hombre ya está a punto de venir revestido de la gloria de su Padre y acompañado de sus ángeles. Cuando llegue, recompensará a cada uno conforme a sus hechos.


Cuando ayunéis, no andéis por ahí con cara triste, como hacen los hipócritas, que ponen gesto de lástima para que todos se enteren de que están ayunando. Os aseguro que ya han recibido su recompensa.


¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, y vosotros os negasteis!


Alegraos y saltad de gozo cuando llegue ese momento, porque en el cielo os espera una gran recompensa. Así también maltrataron los antepasados de esta gente a los profetas.


Vosotros, por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada a cambio. De este modo tendréis una gran recompensa y seréis hijos del Dios Altísimo, que es bondadoso incluso con los desagradecidos y los malos.


Hacia la media noche, Pablo y Silas estaban orando y cantando alabanzas a Dios, mientras los otros presos escuchaban.


Los apóstoles salieron del Consejo llenos de alegría por haber sido considerados dignos de sufrir por Jesús.


Es más, hasta de las dificultades nos sentimos orgullosos, porque sabemos que la dificultad produce constancia,


Y entre el oficio de plantar o el de regar no hay diferencia, si bien cada uno recibirá el salario en proporción a su trabajo.


Pues nuestras penalidades de hoy, que son leves y pasajeras, nos producirán para siempre una riqueza inmensa e incalculable de gloria.


Y es que a vosotros se os ha concedido el privilegio no solo de creer en Cristo, sino también de padecer por él,


Y aunque tuviera que sufrir el martirio como ofrenda sacrificial en favor de vuestra fe, me sentiría dichoso compartiendo con todos vosotros mi alegría;


Ahora me alegro de sufrir por vosotros. Así voy completando en mi existencia corporal, y en favor del cuerpo de Cristo que es la Iglesia, lo que aún falta al total de las tribulaciones de Cristo.


Sabed que el Señor os dará la herencia eterna como premio y que sois esclavos de Cristo, el Señor.


que fueron los que mataron a Jesús, el Señor, y a los profetas. Los mismos que ahora nos persiguen a nosotros, desagradan a Dios y se hacen enemigos de todo ser humano,


Os compadecisteis, efectivamente, de los encarcelados y soportasteis con alegría que os despojaran de vuestros bienes, seguros como estabais de tener a vuestro alcance unos bienes más valiosos y duraderos.


Consideró que compartir los sufrimientos de aquel pueblo mesiánico era mucho más valioso que todos los tesoros de Egipto, teniendo como tenía su mirada fija en la recompensa.


Todos ellos, por la fe, conquistaron reinos, gobernaron con justicia, vieron realizarse las promesas, cerraron bocas de leones,


ahora bien, sin fe es imposible agradarle, porque para acercarse a Dios es preciso creer que existe y que no deja sin recompensa a quienes lo buscan.


Alegraos profundamente, hermanos míos, cuando os sintáis cercados por toda clase de dificultades.


Como ejemplo de sufrimiento y de paciencia, tenéis a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.


Alegraos, más bien, de compartir los sufrimientos de Cristo, para que el día de su gloriosa manifestación también vosotros saltéis de júbilo.


¡Que el Señor te lo pague! Que el Señor, Dios de Israel, en quien has buscado protección, te recompense con creces.


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