Mateo 13:44 - La Palabra (versión española)

⁴⁴ El reino de los cielos puede compararse a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra, lo primero que hace es esconderlo de nuevo; luego, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra aquel campo.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁴⁴ Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴⁴ »El reino del cielo es como un tesoro escondido que un hombre descubrió en un campo. En medio de su entusiasmo, lo escondió nuevamente y vendió todas sus posesiones a fin de juntar el dinero suficiente para comprar el campo.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴⁴ El Reino de los Cielos es como un tesoro escondido en un campo. El hombre que lo descubre, lo vuelve a esconder; su alegría es tal, que va a vender todo lo que tiene y compra ese campo.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴⁴ El° reino de los cielos es semejante a un tesoro° escondido en un campo, que al hallarlo un hombre, lo encubre, y por el gozo de ello,° va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴⁴ El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo. Un hombre lo encuentra y lo vuelve a esconder. Y se va lleno de alegría, vende cuanto tiene y compra el campo aquel.

Mateo 13:44 Referans Kwoze

Job 28:13

El ser humano ignora su camino, no se halla en el mundo de los vivos.

Proverbios 16:16

Mejor es comprar sabiduría que oro, más vale comprar inteligencia que plata.

Proverbios 17:16

¿De qué le sirve al necio tener dinero? Si no tiene seso, ¿podrá comprar sabiduría?

Proverbios 18:1

El solitario persigue su interés, cualquier consejo lo enfada.

Proverbios 23:23

Compra verdad y no la vendas; y lo mismo sabiduría, instrucción e inteligencia.

Isaías 55:1

Vosotros, sedientos, venid por agua, venid también los que no tenéis dinero. Comprad grano y comed de balde, leche y vino que no cuestan nada.

Mateo 13:24

Jesús les contó después esta otra parábola: —El reino de los cielos puede compararse a un hombre que había sembrado buena semilla en su campo.

Mateo 13:46

Cuando encuentra una de mucho valor, va a vender todo lo que tiene y la compra.

Mateo 13:47

El reino de los cielos puede compararse también a una red lanzada al mar, que se llena de toda clase de peces.

Mateo 19:21

Jesús le dijo: —Si quieres ser perfecto, vete a vender lo que posees y reparte el producto entre los pobres. Así te harás un tesoro en el cielo. Luego vuelve y sígueme.

Mateo 19:27

Entonces intervino Pedro y le preguntó: —Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte; ¿qué recibiremos por ello?

Mateo 19:29

Y todos los que hayan dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras por causa de mí, recibirán el ciento por uno de beneficio y la herencia de la vida eterna.

Mateo 6:21

Pues donde tengas tus riquezas, allí tendrás también el corazón.

Lucas 14:33

Del mismo modo, aquel de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.

Juan 6:35

Jesús les contestó: —Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí, jamás tendrá hambre; el que cree en mí, jamás tendrá sed.

Romanos 15:4

Y lo que dice la Escritura se escribió para enseñanza nuestra, a fin de que, uniendo nuestra constancia al consuelo que proporcionan las Escrituras, mantengamos la esperanza.

Colosenses 2:3

en quien se encuentran escondidos todos los tesoros del saber y de la ciencia.

Colosenses 3:16

Que el mensaje de Cristo os llene con toda su riqueza y sabiduría para que seáis maestros y consejeros los unos de los otros, cantando a Dios salmos, himnos y canciones inspiradas con un corazón profundamente agradecido.

Hebreos 10:34

Os compadecisteis, efectivamente, de los encarcelados y soportasteis con alegría que os despojaran de vuestros bienes, seguros como estabais de tener a vuestro alcance unos bienes más valiosos y duraderos.

Apocalipsis 3:18

Si de veras quieres enriquecerte, harías bien en comprarme oro pasado por el crisol, vestidos blancos con que cubrir tu vergonzosa desnudez y colirio con que ungir tus ojos para que puedas ver.