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Mateo 10:2 - La Palabra (versión española)

2 Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo;

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Biblia Reina Valera 1960

2 Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Los nombres de los doce apóstoles son los siguientes: Primero, Simón (también llamado Pedro), luego Andrés (el hermano de Pedro), Santiago (hijo de Zebedeo), Juan (el hermano de Santiago),

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Los nombres de los doce apóstoles son éstos: el primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, y Jacobo, el de Zebedeo,° y Juan su hermano;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago, el de Zebedeo, y su hermano Juan;

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Mateo 10:2
44 Referans Kwoze  

Seis días después, Jesús tomó aparte a Pedro y a los hermanos Santiago y Juan y los llevó a un monte alto.


Por entonces se presentó a Jesús la madre de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, y se puso de rodillas con intención de pedirle algo.


Se llevó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo y comenzó a sentirse afligido y angustiado;


Iba Jesús paseando por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a dos hermanos: Simón, también llamado Pedro, y su hermano Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red en el lago.


Más adelante vio a otros dos hermanos: Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, que estaban en la barca con su padre, reparando las redes. Los llamó,


Al salir de la sinagoga, Jesús fue a casa de Simón y Andrés, acompañado también por Santiago y Juan.


Estaba Jesús sentado en la ladera del monte de los Olivos de cara al Templo, cuando Pedro, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron aparte:


Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le comunicaron todo lo que habían hecho y enseñado.


Por eso, Dios ha dicho sabiamente: «Les enviaré mensajeros y apóstoles; a unos matarán y a otros perseguirán».


Cuando llegó la hora, Jesús se sentó a la mesa junto con los apóstoles.


Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles: —Id a preparar nuestra cena de Pascua.


Lo mismo les ocurría a Santiago y a Juan, los hijos de Zebedeo, que acompañaban a Simón en la pesca. Pero Jesús dijo a Simón: —No tengas miedo. Desde ahora serás pescador de hombres.


Cuando volvieron los apóstoles, contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Jesús se los llevó aparte, a un pueblo llamado Betsaida.


Felipe se lo dijo a Andrés, y los dos juntos se lo notificaron a Jesús.


Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús tanto quería, estaba recostado al lado de Jesús.


Volvió entonces corriendo adonde estaban Pedro y el otro discípulo a quien Jesús tanto quería y les dijo: —Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.


estaban juntos Simón Pedro, Tomás «el Mellizo», Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.


Pedro se volvió y vio que detrás de ellos venía el discípulo a quien Jesús tanto quería, el mismo que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que va a traicionarte?».


Este discípulo es el mismo que da testimonio de todas estas cosas y las ha escrito. Y nosotros sabemos que dice la verdad.


Jesús preguntó a los Doce: —¿También vosotros queréis dejarme?


Jesús replicó: —¿No os elegí yo a los Doce? Sin embargo, uno de vosotros es un diablo.


Se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote. Porque Judas, que era uno de los Doce, lo iba a traicionar.


Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, intervino diciendo:


Cuando llegaron, subieron al piso en que se alojaban; eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Santiago.


A continuación echaron suertes, y le tocó a Matías, quien fue agregado al grupo de los otros once apóstoles.


Ordenó la ejecución de Santiago, el hermano de Juan.


Un día en que Pedro y Juan fueron al Templo para la oración de media tarde,


Se apareció después a Santiago, y de nuevo a todos los apóstoles.


Él es quien a unos ha hecho apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.


Por tanto, hermanos creyentes que compartís un mismo llamamiento celestial, no perdáis de vista a quien ha sido enviado como sumo sacerdote de la fe que profesamos. Me refiero a Jesús,


Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos que viven como extranjeros dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.


Simón Pedro, servidor y apóstol de Jesucristo, a los que, en virtud del poder salvador de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, les ha sido otorgada, lo mismo que a nosotros, una fe de tan alto valor.


El Anciano a la Señora elegida por Dios y a sus hijos a quienes amo conforme a la verdad; y no solamente yo, sino todos cuantos han conocido la verdad.


El Anciano a Gayo, a quien amo de corazón conforme a la verdad.


Esta es la revelación que Dios confió a Jesucristo en relación con los inminentes sucesos que era preciso poner en conocimiento de sus servidores. El ángel enviado por el Señor se la comunicó por medio de signos a Juan, su servidor.


Yo soy Juan, vuestro hermano; unido a Jesús, participo con vosotros en el sufrimiento y en la espera paciente del Reino. Me hallaba desterrado en la isla de Patmos por haber proclamado la palabra de Dios y por haber dado testimonio de Jesús,


¡Alégrate, cielo, al contemplarla, y vosotros también, los consagrados a Dios, los apóstoles y los profetas, porque Dios ha vengado en ella vuestra causa!


Yo, Juan, vi y oí todo esto. Y cuando terminé de oírlo y de verlo, me postré a los pies del ángel que me lo enseñaba, con intención de adorarlo.


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