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Marcos 5:34 - La Palabra (versión española)

34 Jesús le dijo: —Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz, libre ya de tu enfermedad.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Y él le dijo: «Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz. Se acabó tu sufrimiento».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Jesús le dijo: 'Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu enfermedad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Entonces Él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado, vete en paz y queda sana° de tu azote.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Pero él le dijo: 'Hija mía, tu fe te ha salvado; vete en paz, y queda ya curada de tu enfermedad'.

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Marcos 5:34
19 Referans Kwoze  

Eliseo le dijo: —Vete tranquilo. Naamán se marchó y apenas hubo recorrido un corto trayecto,


Anda, come con alegría tu pan y bebe contento tu vino, porque Dios ya ha aprobado tus obras.


Pero si el sacerdote entra y, al examinar la casa, observa que las manchas no se han extendido después que la casa fue revocada, declarará pura la casa, porque la infección ha desaparecido.


Allí le llevaron un paralítico echado en una camilla. Viendo Jesús la fe de los que lo llevaban, dijo al paralítico: —Ánimo, hijo. Tus pecados quedan perdonados.


Pero Jesús se volvió y, al verla, le dijo: —Ánimo, hija, tu fe te ha sanado. Y en aquel mismo instante la mujer recuperó la salud.


Jesús le dijo: —Puedes irte. Tu fe te ha sanado. Al punto recobró la vista y siguió a Jesús por el camino.


Había curado a tantos, que todos los que tenían alguna enfermedad se echaban ahora sobre él para tocarlo.


Y, efectivamente, le desapareció de inmediato la causa de sus hemorragias y sintió que había quedado curada de su enfermedad.


La mujer, entonces, temblando de miedo porque sabía lo que le había pasado, fue a arrodillarse a los pies de Jesús y le contó toda la verdad.


Y le dijo: —Levántate y vete. Tu fe te ha sanado.


Jesús le dijo: —Recobra la vista. Tu fe te ha sanado.


Pero Jesús dijo a la mujer: —Tu fe te ha salvado. Vete en paz.


Jesús le dijo: —Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz.


Estaba escuchando con atención las palabras de Pablo, cuando este fijó su mirada en él y percibió que tenía bastante fe para ser sanado.


Después de pasar con ellos algún tiempo, fueron despedidos con mucho afecto por los hermanos y regresaron al punto de partida.


El carcelero fue sin demora a comunicar a Pablo: —Los magistrados han ordenado que se os ponga en libertad. Así que podéis salir y marchar en paz.


Si acuden a vosotros y les decís: «Dios os ampare, hermanos; que encontréis con qué abrigaros y con qué matar el hambre», pero no les dais nada para remediar su necesidad corporal, ¿de qué les servirán vuestras palabras?


Elí le dijo: —Vete en paz y que el Dios de Israel te conceda la gracia que le has pedido.


Entonces Jonatán dijo a David: —Vete en paz y, como hemos jurado los dos en el nombre del Señor, que él sea siempre testigo entre tú y yo y entre nuestros descendientes.


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