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Marcos 5:23 - La Palabra (versión española)

23 suplicándole insistentemente: —Mi hija se está muriendo; pero si tú vienes y pones tus manos sobre ella, se salvará y vivirá.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

23 y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 y le rogó con fervor: «Mi hijita se está muriendo —dijo—. Por favor, ven y pon tus manos sobre ella para que se sane y viva».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 suplicándole: 'Mi hija está agonizando; ven e impón tus manos sobre ella para que se mejore y siga viviendo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 y le suplica con insistencia, diciendo: Mi hijita está agonizando, ¡ven!° ¡Pon las manos sobre ella para que sea sanada, y pueda vivir!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 y le suplica con mucha insistencia: 'Mi hijita se está muriendo; ven a imponer tus manos sobre ella, para que sane y viva'.

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Marcos 5:23
26 Referans Kwoze  

Naamán se marchó indignado y murmurando: —Yo pensaba que saldría a recibirme y que, puesto en pie, invocaría al Señor, su Dios; que me tocaría con su mano y me libraría de la lepra.


Pero en su angustia gritaron al Señor y él los salvó de sus penurias.


Invócame en tiempo de angustia, yo te salvaré y tú me darás gloria».


Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: —Quiero. Queda limpio. Y al instante el leproso quedó limpio.


podrán tener serpientes en sus manos; aunque beban veneno, no les hará daño; pondrán sus manos sobre los enfermos y los curarán.


Jesús fue con él. Iba también una gran multitud, que seguía a Jesús y casi lo aplastaba.


También expulsaron muchos demonios y curaban a muchos enfermos ungiéndolos con aceite.


Estando allí, le llevaron un hombre que era sordo y tartamudo, y le rogaron que pusiera su mano sobre él.


Jesús tomó de la mano al ciego y lo condujo fuera de la aldea. Allí le untó los ojos con saliva, puso las manos sobre él y le preguntó: —¿Ves algo?


Y puso las manos sobre ella. En el mismo instante, la mujer se enderezó y comenzó a alabar a Dios.


Al salir de la sinagoga, Jesús fue a casa de Simón. La suegra de Simón estaba enferma, con fiebre muy alta, y rogaron a Jesús que la curase.


A la puesta del sol, llevaron ante Jesús toda clase de enfermos, y él los curaba poniendo las manos sobre cada uno.


Cerca ya de la entrada del pueblo, una nutrida comitiva fúnebre del mismo pueblo llevaba a enterrar al hijo único de una madre que era viuda.


Las hermanas de Lázaro mandaron a Jesús este recado: —Señor, tu amigo está enfermo.


Se daba la circunstancia de que el padre de Publio estaba en cama aquejado por unas fiebres y disentería. Pablo fue a visitarlo y, después de orar, le impuso las manos y lo curó.


Los presentaron a los apóstoles, quienes, haciendo oración por ellos, les impusieron las manos.


Les impusieron, pues, las manos y recibieron el Espíritu Santo.


y acaba de tener una visión en la que un hombre llamado Ananías entra en su casa y le toca los ojos con las manos para que recobre la vista.


Ananías partió inmediatamente y, tan pronto como entró en la casa, tocó con sus manos los ojos de Saulo y le dijo: —Hermano Saulo, Jesús, el Señor, el mismo que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.


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