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Marcos 2:16 - La Palabra (versión española)

16 Pero algunos maestros de la ley pertenecientes al partido de los fariseos, al ver que comía con recaudadores de impuestos y gente de mala reputación, preguntaron a los discípulos: —¿Por qué se sienta a comer con esa clase de gente?

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Cuando los maestros de la ley religiosa, que eran fariseos, lo vieron comer con los cobradores de impuestos y otros pecadores, preguntaron a los discípulos: «¿Por qué come con semejante escoria?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 maestros de la Ley del grupo de los fariseos y, al verlo sentado a la misma mesa con pecadores y cobradores de impuestos, dijeron a los discípulos: '¿Qué es esto? ¡Está comiendo con publicanos y pecadores!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 los escribas de los fariseos,° viendo que comía° con los pecadores y publicanos, decían a sus discípulos: ¿Con publicanos y pecadores come?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Los escribas y fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos: '¿Pero es que come con publicanos y pecadores?'.

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Marcos 2:16
14 Referans Kwoze  

que decía: «No te acerques, no me toques, que estoy consagrado». Todo esto enciende mi cólera, como un fuego que arde sin parar.


Si tampoco les hace caso a ellos, manifiéstalo a la comunidad. Y si ni siquiera a la comunidad hace caso, tenlo por pagano o recaudador de impuestos.


Porque si solamente amáis a los que os aman, ¿qué recompensa podéis esperar? ¡Eso lo hacen también los recaudadores de impuestos!


Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: —¿Cómo es que vuestro Maestro se sienta a comer con esa clase de gente?


Más tarde, estando Jesús sentado a la mesa en casa de Leví, muchos recaudadores de impuestos y gente de mala reputación se sentaron también con él y sus discípulos, porque eran muchos los que seguían a Jesús.


«¿Cómo habla este así? ¡Está blasfemando! ¡Solamente Dios puede perdonar pecados!».


El fariseo, plantado en primera fila, oraba en su interior de esta manera: «¡Oh Dios!, te doy gracias porque yo no soy como los demás: ladrones, malvados y adúlteros. Tampoco soy como ese recaudador de impuestos.


En efecto, el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.


Al ver esto, todos se pusieron a murmurar diciendo: —Este se aloja en casa de un hombre de mala reputación.


Los fariseos y sus maestros de la ley se pusieron a murmurar y preguntaron a los discípulos de Jesús: —¿Cómo es que vosotros os juntáis a comer y beber con recaudadores de impuestos y gente de mala reputación?


La controversia tomó grandes proporciones, hasta que algunos maestros de la ley, miembros del partido fariseo, afirmaron rotundamente: —No hallamos culpa en este hombre. Puede que un espíritu o un ángel le haya hablado.


En cambio, la persona animada por el Espíritu puede emitir juicio sobre todo, sin que ella esté sujeta al juicio de nadie.


Tened, por tanto, en cuenta a quien soportó una oposición tan fuerte de parte de los pecadores. Si lo hacéis así, el desaliento no se apoderará de vosotros.


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