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Lucas 8:40 - La Palabra (versión española)

40 Cuando Jesús regresó, la gente lo recibió con alegría, pues todo el mundo estaba esperándolo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

40 Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

40 Del otro lado del lago, las multitudes recibieron a Jesús porque lo estaban esperando.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Ya había gente para recibir a Jesús a su regreso, pues todos estaban esperándolo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 Al regresar Jesús, la multitud le dio la bienvenida, pues todos lo estaban esperando.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Al volver Jesús, fue bien acogido por la multitud; pues todos lo estaban esperando.

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Lucas 8:40
12 Referans Kwoze  

Felices aquellos que me escuchan velando a mis puertas cada día, vigilando los dinteles de mi entrada.


Después de esto, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra orilla del lago y se dirigió a la ciudad donde vivía.


Pues si el propio David llama Señor al Mesías, ¿cómo puede el Mesías ser hijo suyo? Y era mucha la gente que disfrutaba escuchando a Jesús.


Al regresar Jesús a la otra orilla, se reunió en torno a él mucha gente junto al lago.


ya que Herodes temía a Juan sabiendo que era un hombre recto y santo; lo protegía y hasta lo escuchaba con agrado, aunque siempre se quedaba desconcertado.


pero no encontraban la manera de hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de su palabra.


Zaqueo bajó a toda prisa, y lleno de alegría recibió en su casa a Jesús.


En cierta ocasión estaba Jesús a orillas del lago de Genesaret y la gente se apiñaba a su alrededor deseosa de escuchar la palabra de Dios.


—Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo. El hombre se marchó y fue proclamando por toda la ciudad lo que Jesús había hecho con él.


Juan el Bautista era como una lámpara encendida que alumbraba; y vosotros estuvisteis dispuestos a alegraros por breve tiempo con su luz.


De modo que mandé enseguida a buscarte, y tú te has dignado venir. Aquí, pues, nos tienes a todos, en presencia de Dios, dispuestos a escuchar todo cuanto el Señor te haya encargado decirnos.


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