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Lucas 7:44 - La Palabra (versión española)

44 Y volviéndose a la mujer, dijo a Simón: —Mira esta mujer. Cuando llegué a tu casa, no me ofreciste agua para los pies; en cambio, ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.

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Biblia Reina Valera 1960

44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

44 Luego se volvió a la mujer y le dijo a Simón: —Mira a esta mujer que está arrodillada aquí. Cuando entré en tu casa, no me ofreciste agua para lavarme el polvo de los pies, pero ella los lavó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

44 Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: '¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

44 Y vuelto hacia la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies, pero ésta ha regado mis pies con las lágrimas, y los ha secado con sus cabellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

44 Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: '¿Ves esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies; ella, en cambio, me los ha bañado con lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.

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Lucas 7:44
11 Referans Kwoze  

Que os traigan un poco de agua para lavar vuestros pies, y luego podréis descansar bajo el árbol.


les dijo: —Por favor, señores míos, venid a casa de vuestro siervo, para que paséis en ella la noche y os lavéis los pies. Mañana por la mañana podréis continuar vuestro camino. Pero ellos respondieron: —No; pasaremos la noche en la plaza.


y todos fueron a casa de José. Allí les puso agua para que se lavaran los pies y dio de comer a sus asnos.


Luego le ordenó: —Baja a tu casa a lavarte los pies. Urías salió del palacio real, seguido de un obsequio enviado por el rey.


y fue a ponerse detrás de Jesús, junto a sus pies. La mujer rompió a llorar y con sus lágrimas bañaba los pies de Jesús y los secaba con sus propios cabellos; los besaba también y finalmente derramó sobre ellos el perfume.


Simón contestó: —Supongo que aquel a quien perdonó una deuda mayor. Jesús le dijo: —Tienes razón.


Después echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.


y gozar de buena fama por haber educado bien a sus hijos, por haber practicado la hospitalidad, por haber atendido solícitamente a los creyentes y por haber socorrido a los atribulados; en una palabra, por haber practicado toda clase de bien.


¡Pero vosotros despreciáis al pobre! Y, sin embargo, son los ricos los que os tiranizan y os arrastran ante los tribunales.


Lo llevó a su casa y echó pienso a los asnos. Ellos, por su parte, se lavaron los pies, comieron y bebieron.


Ella se levantó, se postró en tierra y les dijo: —Esta servidora es tu esclava y está dispuesta a lavar los pies de los criados de mi señor.


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