Lucas 5:12 - La Palabra (versión española)

¹² En uno de los pueblos por donde pasaba Jesús, había un hombre cubierto de lepra. Al ver a Jesús, se postró rostro en tierra y le dijo: —Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹² Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹² En una de las aldeas, Jesús conoció a un hombre que tenía una lepra muy avanzada. Cuando el hombre vio a Jesús, se inclinó rostro en tierra y le suplicó que lo sanara. —¡Señor! —le dijo—, ¡si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio!

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹² Estando Jesús en uno de esos pueblos, se presentó un hombre cubierto de lepra. Apenas vio a Jesús, se postró con la cara en tierra y le suplicó: 'Señor, si tú quieres, puedes limpiarme.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹² Aconteció que estando Él en una de las ciudades, había allí° un varón cubierto de lepra; y al ver a Jesús, cayó sobre su rostro, y le rogó diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹² Estaba él en una ciudad y había allí un hombre cubierto de lepra. Al ver éste a Jesús, se postró ante él y le suplicó: 'Señor, si quieres, puedes dejarme limpio'.

Lucas 5:12 Referans Kwoze

Génesis 18:14

¿Acaso hay algo imposible para el Señor? El año que viene por estas fechas volveré a visitarte y Sara habrá tenido un hijo.

1 Reyes 18:39

Al verlo, toda la gente cayó en tierra, exclamando: —¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!

2 Reyes 5:1

Naamán, general del ejército del rey de Siria, era un hombre muy apreciado y distinguido por su rey, pues el Señor había dado la victoria a Siria valiéndose de él. Este hombre, que era un valiente guerrero, tenía lepra.

2 Reyes 5:27

¡Ahora la lepra de Naamán se os pegará para siempre a ti y tus descendientes! Y cuando Guejazí salió de allí llevaba la piel blanca como la nieve.

2 Reyes 7:3

A la entrada de la ciudad había cuatro leprosos comentando entre sí: —¿Qué hacemos sentados aquí, esperando la muerte?

1 Crónicas 21:16

Al levantar la vista, David vio al ángel del Señor entre la tierra y el cielo, empuñando su espada desenvainada y extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos, vestidos de sayal, cayeron rostro en tierra,

Salmos 50:15

Invócame en tiempo de angustia, yo te salvaré y tú me darás gloria».

Salmos 91:15

Me llamará y le responderé, estaré con él en la angustia, lo libraré y lo engrandeceré;

Éxodo 4:6

Y continuó diciendo el Señor: —Mete tu mano en el pecho. Así lo hizo Moisés y, cuando la sacó, estaba cubierta de lepra, blanca como la nieve.

Levítico 13:16

Pero si la carne viva cambia de nuevo y se vuelve blanca, entonces el enfermo vendrá al sacerdote,

Levítico 9:24

Salió fuego de la presencia del Señor y consumió el holocausto y la grasa que estaba sobre el altar. Al verlo, todo el pueblo prorrumpió en gritos de júbilo y se postraron rostro en tierra.

Mateo 26:6

Estaba Jesús en Betania, en casa de un tal Simón, a quien llamaban el leproso,

Mateo 9:28

Cuando entró en casa, los ciegos se le acercaron y Jesús les preguntó: —¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le contestaron: —Sí, Señor.

Marcos 5:23

suplicándole insistentemente: —Mi hija se está muriendo; pero si tú vienes y pones tus manos sobre ella, se salvará y vivirá.

Lucas 17:16

Y, postrado rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba las gracias. Se trataba de un samaritano.

Lucas 5:13

Jesús extendió su mano y lo tocó, diciendo: —Quiero, queda limpio. Y al instante le desapareció la lepra.

Deuteronomio 24:8

En caso de infección de la piel, observad minuciosamente todas las instrucciones que os den los sacerdotes levitas y seguid al pie de la letra todo lo que yo les he ordenado.

Hebreos 7:25

Puede, por tanto, salvar de forma definitiva a quienes por medio de él se acercan a Dios, pues está siempre vivo para interceder por ellos.

Josué 5:14

Respondió el interpelado: —Yo soy el jefe del ejército del Señor y acabo de llegar. Cayó Josué rostro en tierra, lo adoró y le preguntó: —¿Qué manda mi Señor a su siervo?