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Lucas 23:25 - La Palabra (versión española)

25 puso en libertad al que tenía preso por una revuelta callejera y un asesinato, y les entregó a Jesús para que hiciesen con él lo que quisieran.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Como habían pedido, puso en libertad a Barrabás, el que estaba preso por levantamiento y asesinato. Y les entregó a Jesús para que hicieran con él como quisieran.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Soltó al que estaba preso por agitador y asesino, pues a éste lo querían, y entregó a Jesús como ellos pedían.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Soltó entonces al que pedían (que había sido echado en la cárcel por insurrección y homicidio), y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Puso en libertad al que reclamaban, al que había sido encarcelado por motín y homicidio, y a Jesús lo entregó a su arbitrio.

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Lucas 23:25
12 Referans Kwoze  

diciendo: —Puedes quedarte con la plata, y haz con ese pueblo lo que mejor te parezca.


Entonces Pilato ordenó que pusieran en libertad a Barrabás, y les entregó a Jesús para que lo azotaran y lo crucificaran.


Entonces Pilato, queriendo contentar a la gente, ordenó que pusieran en libertad a Barrabás y les entregó a Jesús para que lo azotaran y lo crucificaran.


Comenzaron la acusación diciendo: —Hemos comprobado que este anda alborotando a nuestra nación. Se opone a que se pague el tributo al emperador y, además, afirma que es el rey Mesías.


Así que Pilato resolvió acceder a lo que pedían:


Cuando lo llevaban para crucificarlo, echaron mano de un tal Simón, natural de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz para que la llevara detrás de Jesús.


Pero ellos insistían más y más: —Con sus enseñanzas está alterando el orden público en toda Judea. Empezó en Galilea y ahora continúa aquí.


Ellos, entonces, se pusieron de nuevo a gritar: —¡No, a ese no! ¡Deja en libertad a Barrabás! (El tal Barrabás era un bandido).


Así que, al fin, Pilato se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron, pues, a Jesús,


Rechazasteis al santo y al justo, para pedir a cambio la libertad de un asesino.


Pues bien, ahí tenéis al rey que habéis elegido y que habéis exigido. Ya veis que el Señor os ha dado un rey.


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