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Lucas 19:38 - La Palabra (versión española)

38 decían: —¡Benditoel Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria al Dios Altísimo!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

38 diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

38 «¡Bendiciones al Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en el cielo más alto!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 Decían: '¡Bendito el que viene como Rey en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en lo más alto de los cielos!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

38 diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor!° ¡Paz en el cielo, y gloria en las alturas!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 y exclamaban: '¡Bendito el que viene, el rey, en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!'.

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Lucas 19:38
21 Referans Kwoze  

Salta de alegría, Sion; grita jubilosa, Jerusalén, porque ya llega tu rey, justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un borrico, retoño de asna.


que preguntaban: —¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Nosotros hemos visto aparecer su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.


Y los que iban delante y los que iban detrás gritaban: —¡Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Gloria al Dios Altísimo!


Luego el rey dirá a los unos: «Venid, benditos de mi Padre; recibid en propiedad el reino que se os ha preparado desde el principio del mundo.


Y el rey les dirá: «Os aseguro que todo lo que hayáis hecho en favor del más pequeño de mis hermanos, a mí me lo habéis hecho».


Pues mirad: vuestra ciudad va a quedar desierta. Y os digo que no volveréis a verme hasta el momento en que digáis: «¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!».


Justificados, pues, por medio de la fe, Jesucristo, nuestro Señor, nos mantiene en paz con Dios.


Así, nosotros, los que habíamos puesto nuestra esperanza en el Mesías, nos convertiremos en himno de alabanza a su gloria.


De este modo, la bondad tan generosamente derramada sobre nosotros por medio de su Hijo querido, se convierte en himno de alabanza a su gloria.


Así, por medio de la Iglesia, los principados y potestades de los cielos tienen ahora conocimiento de la multiforme sabiduría divina,


a él sea la gloria en Cristo y en la Iglesia, de edad en edad y por generaciones sin término. Amén.


y por medio de él reconciliar consigo a todos los seres: a los que están en la tierra y a los que están en el cielo, realizando así la paz mediante la muerte de Cristo en la cruz.


Al que es rey de los siglos, al Dios inmortal, invisible y único, honor y gloria por siempre y para siempre. Amén.


Y se les reveló que lo que ahora os anuncian quienes os proclaman el evangelio por el Espíritu Santo enviado desde el cielo, lo llevan a cabo no en su provecho, sino en el vuestro. Anuncio este que los mismos ángeles están deseando contemplar.


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