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Lucas 18:14 - La Palabra (versión española)

14 Os digo que este recaudador de impuestos volvió a casa con sus pecados perdonados; el fariseo, en cambio, no. Porque Dios humillará a quien se ensalce a sí mismo; pero ensalzará a quien se humille a sí mismo.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Les digo que fue este pecador —y no el fariseo— quien regresó a su casa justificado delante de Dios. Pues los que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan serán exaltados».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace grande será humillado y el que se humilla será enaltecido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Os digo que éste bajó a su casa justificado antes que aquél, porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla, será enaltecido.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Os digo que éste descendió a su casa justificado, y aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado'.

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Lucas 18:14
39 Referans Kwoze  

Él humilla a los arrogantes, el humilde encontrará un salvador;


¿Puede ser justo el mortal ante Dios, o puro el que ha nacido de mujer?


Aun teniendo yo razón, su boca me condenaría; aun siendo yo inocente, demostraría mi culpa.


que es excelso el Señor: atiende al humilde, reconoce al soberbio desde lejos.


No lleves a tu siervo al tribunal, porque ante ti nadie es justo.


y de la arrogancia con que os trataron; ahora estoy convencido de que el Señor es más grande que todos los dioses.


El respeto al Señor es escuela de sabiduría, la humildad es antesala de gloria.


A la soberbia sigue la ruina, a la humildad la fama.


es mejor que te inviten a subir, que ser humillado ante los nobles. Lo que han visto tus ojos


El orgulloso termina humillado, el humilde conseguirá honores.


se burla de los burlones y concede su favor a los humildes.


Anda, come con alegría tu pan y bebe contento tu vino, porque Dios ya ha aprobado tus obras.


En el Señor se gloriarán victoriosos todos los hijos de Israel.


Después del sufrimiento verá la luz, el justo se saciará de su conocimiento. Mi siervo hará justos a muchos, pues cargó con los pecados de ellos.


Pues esto dice el Alto y Excelso, el que vive por siempre, de nombre Santo: Yo habito en las alturas sagradas, pero miro por humildes y abatidos, para reanimar el espíritu abatido, para reanimar el corazón humillado.


Todo eso lo ha hecho mi mano, y así es como todo existió —oráculo del Señor—. En el pobre pongo mis ojos, en el abatido que respeta mis palabras.


El arrogante no prosperará; el justo, en cambio, vivirá por su fidelidad.


Al que se ensalce a sí mismo, Dios lo humillará; pero al que se humille a sí mismo, Dios lo ensalzará.


—Felices los de espíritu sencillo, porque suyo es el reino de los cielos.


Derribó a los poderosos de sus tronos y encumbró a los humildes.


Pero el maestro de la ley, para justificar su pregunta, insistió: —¿Y quién es mi prójimo?


Porque a todo el que se ensalce a sí mismo, Dios lo humillará; pero al que se humille a sí mismo, Dios lo ensalzará.


Él les dijo: —Vosotros pretendéis pasar por gente de bien delante de los demás, pero Dios sabe lo que hay en vuestro corazón; y aquello que la gente juzga valioso, para Dios es solo basura.


A nadie, en efecto, justificará Dios por la observancia de la ley, pues la misión de la ley es hacernos conscientes del pecado.


De modo que quien no pone su confianza en las propias obras, sino que se fía de Dios, que justifica al pecador, efectivamente su fe le justifica.


Justificados, pues, por medio de la fe, Jesucristo, nuestro Señor, nos mantiene en paz con Dios.


¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¡Dios es quien salva!


Estamos convencidos, sin embargo, de que Dios justifica al ser humano por medio de la fe en Jesucristo y no por el mero cumplimiento de la ley. Así que hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, a fin de que Dios nos justifique por medio de esa fe y no por cumplir la ley. Pues, por el mero cumplimiento de la ley, nadie será justificado.


Humillaos ante el Señor y él os ensalzará.


Aunque su benevolencia es siempre mayor, y por eso dice también la Escritura: Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio, su favor a los humildes.


Ana respondió: —Que tu servidora cuente con tu favor. La mujer se marchó, comió y cambió de semblante.


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