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Lucas 12:15 - La Palabra (versión española)

15 Y, dirigiéndose a los demás, añadió: —Procurad evitar toda clase de avaricia, porque la vida de uno no depende de la abundancia de sus riquezas.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Y luego dijo: «¡Tengan cuidado con toda clase de avaricia! La vida no se mide por cuánto tienen».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Después dijo a la gente: 'Eviten con gran cuidado toda clase de codicia, porque aunque uno lo tenga todo, no son sus posesiones las que le dan vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Y les dijo: Mirad y guardaos de toda avaricia, porque aunque alguno tenga más que suficiente,° su vida no depende de los bienes que posee.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Entonces les dijo: 'Guardaos muy bien de toda avidez, porque no por estar uno en la abundancia los bienes que posee le garantizan la vida'.

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Lucas 12:15
34 Referans Kwoze  

él aparejó su burro, marchó a Gat, donde se encontraba Aquís, a buscar a sus esclavos y se los trajo de allí.


Satán contestó al Señor: —Piel por piel; cualquiera lo da todo por salvar su vida.


El malvado se enorgullece de su ambición, el codicioso blasfema e injuria al Señor.


Es mejor la pobreza de un justo que la riqueza de muchos malvados;


No confiéis en la violencia, no os ilusionéis con el robo; si aumenta vuestra riqueza, no le prestéis atención.


Más vale poco con respeto al Señor que gran tesoro con preocupación.


Mejor es comprar sabiduría que oro, más vale comprar inteligencia que plata.


Gobernante insensato aumenta la opresión, el que odia la rapiña alargará su vida.


Es que del pequeño al grande todos piensan en medrar; del profeta al sacerdote todos andan entre fraudes.


Después llegan en masa, se sientan ante ti y prestan atención a tus palabras, pero no las ponen en práctica. Me halagan de palabra, pero luego actúan buscando su interés y su capricho.


Codician campos y los roban, casas y se apoderan de ellas; oprimen al cabeza de familia y a los que conviven con él, a la persona y a sus propiedades.


¡Ay del que forja su casa con el fruto de la maldad, para poner a salvo su nido y librarse de la adversidad!


los adulterios, la avaricia, la maldad, la falsedad, el desenfreno, la envidia, la blasfemia, el orgullo y la estupidez.


Y les contó esta parábola: —Una vez, un hombre rico obtuvo una gran cosecha de sus campos.


Todas estas cosas las oían los fariseos, que eran amigos del dinero, y se burlaban de Jesús.


Estad atentos y no dejéis que os esclavicen el vicio, las borracheras o las preocupaciones de esta vida, con lo que el día aquel caería por sorpresa sobre vosotros.


La semilla que cayó entre los cardos representa a los que escuchan el mensaje, pero preocupados solo por los problemas, las riquezas y los placeres de esta vida, se desentienden y no llegan a dar fruto.


ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.


Destruid lo que hay de mundano en vosotros: la lujuria, la impureza, las pasiones desenfrenadas, los malos deseos y la avaricia, que es una especie de idolatría.


Los que vivan entonces se volverán egoístas, avaros, fanfarrones, soberbios, calumniadores, rebeldes a sus padres, desagradecidos, sacrílegos.


Que la fiebre del dinero no se apodere de vosotros; contentaos con lo que tenéis, ya que es Dios mismo quien ha dicho: Nunca te abandonaré; jamás te dejaré solo.


vi entre el botín un manto precioso de Senaar, doscientos siclos de plata y un lingote de oro de cincuenta siclos de peso, me gustaron y me quedé con ellos. Están escondidos bajo tierra en medio de mi tienda; la plata está debajo.


Miran con ojos cargados de pasión a la mujer adúltera; están siempre hambrientos de pecado; seducen a los débiles; su corazón rebosa avaricia; ¡son unos malditos!


En su ambición querrán, con palabras engañosas, utilizaros a vosotros como objetos de compraventa; pero hace tiempo que está dictada su condena, y pronta para consumarse su ruina.


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