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Levítico 5:11 - La Palabra (versión española)

11 Pero si ni siquiera tiene suficiente para dos tórtolas o dos pichones, el que pecó traerá como ofrenda dos kilos de flor de harina por su pecado. No pondrá sobre ella aceite, ni incienso, porque es una ofrenda de purificación.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó traerá como ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina para expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso, porque es expiación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 »Si no te alcanza para comprar las dos tórtolas o los dos pichones, podrás llevar dos litros de harina selecta como ofrenda por tu pecado. Puesto que es una ofrenda por el pecado, no la humedecerás con aceite de oliva ni le pondrás incienso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Si a esta persona tampoco le alcanza para ofrecer dos tórtolas o dos pichones, ofrecerá por su pecado, para que se le perdone, una décima parte de flor de harina. No le pondrá aceite, ni pondrá encima incienso, pues es ofrenda por el pecado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y si no dispone lo suficiente para dos tórtolas o dos palominos, entonces, el que pecó, presentará por ofrenda suya la décima parte de un efa de flor de harina por expiación. No le echará aceite ni le pondrá incienso, porque es ofrenda por el pecado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Si ni siquiera dispone de medios para procurarse dos tórtolas o dos pichones, llevará como ofrenda expiatoria por el pecado cometido una décima de efá de flor de harina, pero no pondrá aceite sobre ella ni tampoco incienso, porque es sacrificio expiatorio.

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Levítico 5:11
23 Referans Kwoze  

Luego, al medirlo, vieron que al que había recogido más no le sobraba, ni al que había recogido menos le faltaba, porque cada uno había recogido lo preciso para comer.


Una ración equivalía a poco más de dos litros.


Si la ofrenda en holocausto para el Señor es de aves, ofrecerá tórtolas o pichones.


Si no tiene medios suficientes para ofrecer un cordero, traerá dos tórtolas o dos pichones: ofrecerá uno como holocausto y el otro como ofrenda de purificación. El sacerdote hará el rito de expiación por ella y quedará purificada.


Pero si quien se ha de purificar es pobre y carece de medios suficientes, entonces traerá un cordero como ofrenda de reparación; hará el rito de la elevación y el de expiación, y traerá también dos kilos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal, un cuarto de litro de aceite,


Pero si el que ha hecho el voto es muy pobre para pagar lo tasado, entonces será llevado ante el sacerdote, quien fijará el precio de acuerdo con los recursos de quien hizo el voto.


La traerá al sacerdote que tomará un puñado, como una porción simbólica, y la quemará en el altar junto con las otras ofrendas hechas al Señor. Es una ofrenda de purificación.


y, como ofrenda de purificación por el pecado cometido, presentará al Señor una hembra de sus rebaños: una oveja o una cabra. De esta manera el sacerdote hará expiación por el pecado de esa persona.


Con la sangre de esta ofrenda de purificación asperjará a continuación la pared del altar; lo que sobre de la sangre lo exprimirá al pie del altar. Es una ofrenda de purificación.


Todo lo que entre en contacto con la carne de la víctima quedará consagrado; y si algún vestido queda salpicado con la sangre de la víctima, lo lavarás en lugar sagrado.


llevará a su mujer ante el sacerdote, aportando como ofrenda por ella dos kilos y doscientos gramos de harina de cebada. No echará sobre la ofrenda aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda que recuerda y trae a la memoria el pecado.


Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso y un jarro de plata de setenta siclos, según el peso del siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal;


y para ofrecer al mismo tiempo el sacrificio prescrito por la ley del Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones.


Al que no tuvo experiencia de pecado, Dios lo trató por nosotros como al propio pecado, para que, por medio de él, experimentemos nosotros el poder salvador de Dios.


Y es que, según la ley, prácticamente todas las cosas se purifican mediante la sangre y, si no hay derramamiento de sangre, tampoco hay perdón.


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