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Levítico 4:3 - La Palabra (versión española)

3 Si es el sacerdote ungido el que ha pecado, haciendo con ello culpable al pueblo, ofrecerá al Señor un novillo sin defecto alguno como ofrenda de purificación por el pecado que ha cometido.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 si el sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo, ofrecerá a Jehová, por su pecado que habrá cometido, un becerro sin defecto para expiación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 »Si el sumo sacerdote peca y así mancha de culpa a toda la comunidad, debe presentar una ofrenda por el pecado que cometió. Debe ofrecer al Señor un becerro sin defecto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Si el que peca es el sumo sacerdote, el ungido, su pecado mancha al pueblo. Ofrecerá a Yavé, por el pecado que cometió, un novillo sin defecto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 o si es el sacerdote ungido quien ha pecado en perjucio del pueblo, por el pecado cometido ofrecerá a YHVH como expiación un novillo sin defecto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 si el transgresor es el sacerdote ungido, involucrando al pueblo en la culpa, ofrecerá a Yahveh, como sacrificio expiatorio por la transgresión cometida, un novillo sin defecto.

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Levítico 4:3
32 Referans Kwoze  

Llevaron siete novillos, siete carneros, siete corderos y siete machos cabríos para expiar los pecados de la monarquía, del santuario y de Judá; acto seguido el rey ordenó a los sacerdotes descendientes de Aarón que los ofreciesen en holocausto sobre el altar del Señor.


Los repatriados venidos del destierro sacrificaron holocaustos al Dios de Israel: doce becerros, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos por todo Israel, y doce machos cabríos por los pecados. Todos fueron sacrificados en honor del Señor.


sin embargo, la carne del novillo, su piel y sus intestinos, los quemarás fuera del campamento, pues es un sacrificio por el pecado.


Tomarás un poco de la sangre que está sobre el altar y del aceite de la unción, y con ellos rociarás a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y sus vestiduras. De este modo quedarán consagrados Aarón, sus hijos y las vestiduras de todos ellos.


A continuación, lo ungirás derramando sobre su cabeza el aceite de la unción.


Una vez al año, Aarón realizará el ritual de la expiación. Lo hará derramando sobre los salientes en forma de cuernos del altar la sangre del sacrificio expiatorio. Este rito será repetido cada año, generación tras generación. El altar será considerado santísimo, porque está consagrado al Señor.


En el propio vestíbulo había unas mesas, dos a cada lado. Eran usadas para degollar a las víctimas de los holocaustos y de los sacrificios expiatorios y penitenciales.


A los sacerdotes levitas de la estirpe de Sadoc, que tienen acceso a mi servicio —oráculo del Señor Dios—, les proporcionarás un novillo para que lo ofrezcan como sacrificio expiatorio.


El día en que vuelvan al santuario y entren en el atrio interior para desempeñar su tarea, ofrecerán un sacrificio de expiación por ellos mismos —oráculo del Señor Dios—.


Si su ofrenda para el holocausto es de ganado menor, corderos o cabritos, ofrecerá un macho sin defecto alguno.


Si su ofrenda para el holocausto es de ganado mayor, ofrecerá un macho sin defecto alguno; lo ofrecerá a la entrada de la Tienda del encuentro para que sea agradable al Señor.


Seguidamente Aarón presentará el novillo destinado al sacrificio por su propio pecado, hará la expiación por sí mismo y por su familia, y lo degollará como ofrenda de purificación.


Así entrará Aarón en el santuario: traerá un novillo para ofrenda de purificación, y un carnero para holocausto;


Recibirá de la comunidad israelita dos machos cabríos para la ofrenda de purificación y un carnero para el holocausto.


Aarón presentará su propio novillo como ofrenda de purificación y efectuará la expiación por sí mismo y por su familia.


cuando la comunidad se dé cuenta del pecado que ha cometido, ofrecerá un novillo como sacrificio de purificación. Traerán el novillo delante de la Tienda del encuentro


tan pronto como se le dé a conocer el pecado que ha cometido, presentará como ofrenda un macho cabrío sin defecto alguno.


tan pronto como se le dé a conocer el pecado que ha cometido, presentará como ofrenda por su pecado una cabra sin defecto alguno.


El sacerdote ungido tomará sangre del novillo y la traerá a la Tienda del encuentro;


y, como ofrenda de purificación por el pecado cometido, presentará al Señor una hembra de sus rebaños: una oveja o una cabra. De esta manera el sacerdote hará expiación por el pecado de esa persona.


—Di a Aarón y a sus hijos: Este es el ritual para la ofrenda de purificación: la víctima para la ofrenda será degollada en presencia del Señor en el lugar donde se degüella el holocausto, pues se trata de algo muy sagrado.


Luego derramó el aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón y lo ungió para consagrarlo.


y dijo a Aarón: —Toma un novillo para ofrenda de purificación y un carnero para holocausto, ambos sin defecto alguno, y ofrécelos ante el Señor.


Y di a los israelitas: «Tomad un macho cabrío para la ofrenda de purificación, y tomad también un novillo y un cordero de un año, ambos sin defecto alguno, para holocausto;


Pero ellos se postraron sobre sus rostros y dijeron: —Oh Dios, origen de toda vida, si ha sido uno solo el que pecó, ¿te enojarás contra toda la comunidad?


Que tomen un novillo con la correspondiente ofrenda de cereal —flor de harina amasada con aceite—; por tu parte, tomarás otro novillo como ofrenda de purificación.


Es decir, lo que era imposible para la ley a causa de la debilidad humana, lo llevó a cabo Dios enviando a su propio Hijo, que compartió nuestra condición pecadora y, a fin de eliminar el pecado, dictó sentencia condenatoria contra el pecado a través de su naturaleza mortal.


Al que no tuvo experiencia de pecado, Dios lo trató por nosotros como al propio pecado, para que, por medio de él, experimentemos nosotros el poder salvador de Dios.


y debe ofrecer sacrificios tanto por los pecados del pueblo como por los suyos propios.


entró una vez por todas en «el lugar santísimo», no con sangre de machos cabríos o de toros, sino con la suya propia, rescatándonos así para siempre.


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