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Levítico 26:12 - La Palabra (versión española)

12 Caminaré en medio de vosotros, seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Caminaré entre ustedes; seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Me pasearé en medio de ustedes y seré Dios de ustedes mientras ustedes serán mi pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 y andaré en medio de vosotros, y seré a vosotros por ’Elohim, y vosotros me seréis por pueblo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Caminaré en medio de vosotros, yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo.

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Levítico 26:12
33 Referans Kwoze  

Establezco mi alianza contigo y, después de ti, con todas las generaciones que desciendan de ti. Será una alianza perpetua: yo seré tu Dios y el de tus descendientes.


A ti y a los descendientes que te sucedan os daré en posesión perpetua la tierra que ahora recorres como inmigrante, toda la tierra de Canaán. Y yo seré su Dios.


Cuando el hombre y su mujer sintieron los pasos de Dios, el Señor, que estaba paseando por el jardín al fresco de la tarde, corrieron a esconderse entre los árboles del jardín para que Dios no los viera.


Enoc vivió de acuerdo con la voluntad de Dios. Después del nacimiento de Matusalén, Enoc vivió trescientos años y tuvo otros hijos e hijas.


Vivió, pues, Enoc de acuerdo con la voluntad de Dios y desapareció, porque Dios se lo llevó.


Esta es la historia de Noé. Noé era un hombre justo y honrado entre sus contemporáneos que vivía de acuerdo con la voluntad de Dios.


Y en todo el tiempo en que estuve viajando de un sitio a otro con los israelitas, nunca le hablé a ninguno de los jueces que elegí para pastorear a mi pueblo, Israel, de construirme una casa de cedro».


Escucha, pueblo mío, y hablaré; Israel, contra ti yo testifico: «Yo soy Dios, tu Dios.


Yo habitaré en medio de los israelitas y seré su Dios.


Así reconocerán que yo soy el Señor su Dios, el que los sacó de Egipto para vivir entre ellos. Yo soy el Señor su Dios.


Y añadió: —Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Moisés, sintió miedo de mirar a Dios y se tapó la cara.


Os tomaré para que seáis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios; así reconoceréis que yo soy el Señor vuestro Dios, el que os rescató de la opresión egipcia.


Pues Dios es mi salvación, en él confío y nada temo; Dios es mi fuerza y mi canto, el Señor es mi salvación.


No temas, que estoy contigo; no te angusties, que soy tu Dios. Te doy fuerza y voy a ayudarte, te sostiene mi diestra salvadora.


que yo establecí con vuestros antepasados cuando los saqué del país de Egipto, del horno de hierro, cuando les dije: Hacedme caso y poned en práctica todo lo que os ordeno; de ese modo seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.


Seréis así mi pueblo y yo seré vuestro Dios.


Esta es la alianza que voy a pactar con Israel después de aquellos días —oráculo del Señor—: Pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus corazones y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Serán mi pueblo y yo seré su Dios.


solo les impuse este precepto: Hacedme caso, y yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo; seguid por el camino que yo os ordene, para que todo os vaya bien.


para que vivan según mis preceptos y respeten mis normas y las cumplan. De esta manera ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.


un rebaño de reses consagradas, como el rebaño que se concentra en Jerusalén con ocasión de las grandes festividades. De manera parecida, las ciudades arruinadas se llenarán de un rebaño humano. Y reconocerán que yo soy el Señor.


Tendréis que reconocer así que estoy en medio de Israel y que yo, y ningún otro, soy el Señor, vuestro Dios. Y nunca jamás mi pueblo volverá a quedar cubierto de oprobio.


Haré pasar por el fuego a este tercio, lo purificaré como se hace con la plata y lo acrisolaré como se acrisola el oro. Me invocará y yo lo escucharé; yo diré: «Es mi pueblo»; y él responderá: «El Señor es mi Dios».


Expulsaréis tanto a hombres como a mujeres; los haréis salir fuera para que no contaminen el campamento de aquellos entre los cuales yo habito.


Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Pues bien, él es Dios de vivos y no de muertos.


¿Puede haber algo en común entre el templo de Dios y los ídolos? Pues nosotros somos templos de Dios viviente. Así lo ha dicho Dios mismo: Habitaré y caminaré en medio de ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Como parte de tu equipo llevarás una estaca. Cuando salgas a hacer tus necesidades, harás con ella un hoyo y luego lo volverás a tapar para cubrir tus excrementos.


Harás esto porque el Señor tu Dios anda en medio de tu campamento para protegerte y darte la victoria sobre tus enemigos. Por eso tu campamento debe ser un lugar sagrado, y si él ve alguna cosa que le desagrada, dejará de acompañarte.


Pero ahora suspiraban por una patria mejor, la patria celestial. Precisamente por eso, al haberles preparado una ciudad, no tiene Dios reparo en que lo llamen «su Dios».


Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y se pasea entre los siete candeleros de oro:


Al vencedor le reservo esta herencia: yo seré su Dios y él será mi hijo.


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