Jueces 5:16 - La Palabra (versión española)

¹⁶ ¿Por qué te has quedado en los corrales, escuchando las flautas entre los rebaños? En los arroyos de Rubén, largas deliberaciones.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁶ ¿Por qué te quedaste entre los rediles, Para oír los balidos de los rebaños? Entre las familias de Rubén Hubo grandes propósitos del corazón.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁶ ¿Por qué se quedaron sentados en su casa entre los rediles, para oír a los pastores silbar a sus rebaños? Así es, en la tribu de Rubén hubo gran indecisión.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁶ ¿Por qué te quedaste en tus potreros, oyendo la flauta de tus pastores? Junto a los arroyos de Rubén se contentan con palabrería.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁶ ¿Qué hace sentado entre los apriscos, Escuchando flautas de pastores? Largas fueron las deliberaciones del corazón en los clanes de Rubén,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁶ ¿Por qué has de seguir echado en los apriscos, escuchando las flautas entre los rebaños? En los riachuelos de Rubén grandes ansiedades de corazón se sienten.

Jueces 5:16 Referans Kwoze

Génesis 49:14

Isacar es un asno robusto que se tumba entre las alforjas.

Salmos 4:4

Temblad y no pequéis más, meditad en vuestro lecho y guardad silencio; [Pausa]

Salmos 68:13

mientras vosotros reposáis entre fogones, se cubren de plata las alas de la paloma y de un pálido oro su plumaje.

Salmos 77:6

de noche recuerdo mi canto, reflexiono y me pregunto:

Números 32:24

Así que edificad ciudades para vuestros niños y majadas para vuestras ovejas, pero haced lo que habéis prometido.

Números 32:6

Moisés respondió a los gaditas y a los rubenitas: —¿Van a ir vuestros hermanos a la guerra mientras vosotros os quedáis aquí?

Filipenses 2:21

Todos, en efecto, buscan sus propios intereses y no los de Jesucristo;

Filipenses 3:19

Su paradero es la perdición; su dios, el vientre; su orgullo, aquello que debería avergonzarlos; su pensamiento, las cosas terrenas.

Jueces 5:15

Los príncipes de Isacar con Débora, y Neftalí, con Barac, en la llanura, lanzado tras sus pasos. En los arroyos de Rubén, largas deliberaciones.