Jueces 3:15 - La Palabra (versión española)

¹⁵ Entonces los israelitas suplicaron al Señor y el Señor les concedió un libertador: Ejud, hijo de Guerá, benjaminita, que era zurdo. Los israelitas le encomendaron la entrega del tributo a Eglón, rey de Moab.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁵ Y clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová les levantó un libertador, a Aod hijo de Gera, benjamita, el cual era zurdo. Y los hijos de Israel enviaron con él un presente a Eglón rey de Moab.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁵ Sin embargo, cuando el pueblo de Israel clamó al Señor por ayuda, el Señor nuevamente levantó a un libertador para salvarlos. Se llamaba Aod, hijo de Gera, quien era un hombre zurdo, de la tribu de Benjamín. Los israelitas enviaron a Aod a entregar el dinero del tributo al rey Eglón, de Moab.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁵ Los israelitas clamaron entonces a Yavé, y Yavé hizo que les surgiera un salvador, Ehud, hijo de Guera, un hombre de Benjamín que era zurdo. Los israelitas le encargaron que llevara el tributo a Eglón, rey de Moab.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁵ Pero cuando los hijos de Israel clamaron a YHVH, YHVH les levantó un libertador: Aod ben Gera, benjaminita, hombre zurdo, por medio del cual los hijos de Israel enviaron un presente° a Eglón, rey de Moab.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁵ Clamaron entonces los israelitas a Yahveh, y Yahveh les suscitó un libertador: Ehúd, hijo de Guerá, benjaminita, que era zurdo. Los israelitas enviaron por medio de él un presente a Eglón, rey de Moab.

Jueces 3:15 Referans Kwoze

2 Samuel 20:10

Pero Amasá no reparó en la espada que Joab llevaba en la otra mano y este se la clavó en la barriga; se le salieron los intestinos a Amasá y así, de un solo golpe, murió. Luego Joab y su hermano Abisay reanudaron la persecución de Sebá, el hijo de Bicrí.

2 Samuel 20:9

Joab saludó a Amasá: —¿Estás bien, hermano? Luego lo agarró de la barba con su mano derecha para besarlo.

1 Crónicas 12:2

Eran arqueros, capaces de lanzar piedras o disparar flechas con ambas manos. Benjaminitas, parientes de Saúl:

1 Crónicas 8:3

Los descendientes de Bela fueron Adar, Guerá, Abijud,

1 Crónicas 8:5

Guerá, Sefután y Jurán.

2 Crónicas 9:24

Cada cual le traía su regalo: objetos de plata y oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos. Y así, año tras año.

Salmos 50:15

Invócame en tiempo de angustia, yo te salvaré y tú me darás gloria».

Salmos 78:34

Si los hacía morir lo buscaban, se arrepentían dirigiéndose a él;

Salmos 90:15

Alégranos tanto como días nos afligiste, como años conocimos el mal.

Proverbios 18:16

El regalo abre todas las puertas, introduce a cualquiera ante los grandes.

Proverbios 19:6

Muchos buscan el favor del poderoso y todos se hacen amigos del espléndido.

Proverbios 21:14

Regalo en secreto amansa la cólera, obsequio discreto aplaca el furor.

Isaías 36:16

No hagáis caso a Ezequías, pues esto dice el rey de Asiria: “Haced la paz conmigo y rendíos a mí; de esta manera cada cual podrá seguir comiendo los frutos de su parra y de su higuera; y podrá seguir bebiendo agua de su pozo,

Jeremías 33:3

Llámame y te responderé; te comunicaré cosas importantes y recónditas, que no conoces.

Jueces 2:16

Pero entonces el Señor hacía surgir jueces que los ponían a salvo de quienes los saqueaban.

Jueces 20:16

En toda aquella tropa había setecientos hombres elegidos, zurdos, capaces todos ellos de lanzar una piedra con la honda contra un cabello sin errar el tiro.

Jueces 3:14

Los israelitas estuvieron sometidos a Eglón, rey de Moab, dieciocho años.

Jueces 3:16

Ejud se hizo un puñal de dos filos, de casi medio metro de largo, y se lo ciñó debajo de la ropa sobre el muslo derecho.

Jueces 3:9

Los israelitas suplicaron al Señor y el Señor les concedió un libertador que los salvó: Otoniel, hijo de Quenaz y hermano menor de Caleb.

Jueces 4:3

Entonces los israelitas suplicaron al Señor porque Jabín tenía novecientos carros de hierro y llevaba veinte años oprimiendo duramente a los israelitas.

1 Samuel 10:27

En cambio, los descontentos comentaban: —¿De qué va a salvarnos ese? Y no le quisieron hacer regalos. Pero Saúl no se dio por aludido.