Josué 22:28 - La Palabra (versión española)28 Hemos pensado que si el día de mañana alguien se dirigiera a nosotros o a nuestros descendientes con estas palabras, les podremos responder: «Observad la forma del altar del Señor que hicieron nuestros antepasados, que no es como para ofrecer holocaustos ni sacrificios, sino para que sirva de testigo entre vosotros y nosotros». Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196028 Nosotros, pues, dijimos: Si aconteciere que tal digan a nosotros, o a nuestras generaciones en lo por venir, entonces responderemos: Mirad el símil del altar de Jehová, el cual hicieron nuestros padres, no para holocaustos o sacrificios, sino para que fuese testimonio entre nosotros y vosotros. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente28 »Si ellos dicen eso, nuestros descendientes podrán responder: “Miren esta réplica del altar del Señor que construyeron nuestros antepasados. No es para sacrificios ni ofrendas quemadas, es para recordarnos la relación que ambos tenemos con el Señor”. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)28 Nos dijimos: Si mañana nos hablan de esa manera a nosotros o a nuestros descendientes, les diremos: Miren la forma del altar de Yavé que nuestros padres construyeron, no para los holocaustos o para los sacrificios sino para que sea una prueba entre nosotros y ustedes. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion28 Nosotros pues dijimos: Entonces, si mañana nos dicen esto a nosotros o a nuestros descendientes, responderemos: Mirad la réplica del altar de YHVH, el cual hicieron nuestros ancestros, no para holocaustos o sacrificios, sino para que fuera testimonio entre nosotros y vosotros. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197528 Hemos pensado, pues, que si nos dicen tales cosas a nosotros, o el día de mañana a nuestros descendientes, podremos replicarles: 'Contemplad la estructura del altar de Yahveh que nuestros padres han fabricado, no para ofrecer holocaustos ni sacrificios, sino para que fuese como testimonio entre nosotros y vosotros'. Gade chapit la |
sino como testimonio, tanto entre nosotros y vosotros como entre los que nos sucedan, de que rendimos culto al Señor con los holocaustos y sacrificios de comunión que ofrecemos en su presencia. Así el día de mañana vuestros descendientes no podrán decir a los nuestros: «No tenéis parte con el Señor».