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Josué 11:3 - La Palabra (versión española)

3 mandó asimismo aviso a los cananeos que habitaban al este y al oeste, a los amorreos, hititas, fereceos y jebuseos de la montaña; y también a los hititas de las faldas del Hermón, en la región de Mispá.

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Biblia Reina Valera 1960

3 y al cananeo que estaba al oriente y al occidente, al amorreo, al heteo, al ferezeo, al jebuseo en las montañas, y al heveo al pie de Hermón en tierra de Mizpa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 a los reyes de Canaán, tanto del oriente como del occidente; y a los reyes de los amorreos, de los hititas, de los ferezeos, de los jebuseos en la zona montañosa y de los heveos en las ciudades que están en las laderas del monte Hermón, en la tierra de Mizpa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Los cananeos estaban al este y al oeste: los amoreos, los hititas, los fereceos y los jebuseos, en la montaña; los jeveos al pie del Hermón, en el territorio de Mispá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 al cananeo que estaba al oriente y al occidente, al amorreo, al heteo, al ferezeo, al jebuseo de la serranía, y al heveo, al pie del Hermón, en tierra de Mizpa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 a los cananeos de oriente y occidente, a los amorreos, hititas, perizeos y jebuseos de la montaña y a los jiveos al pie del Hermón, en el país de Mispá.

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Josué 11:3
30 Referans Kwoze  

y también Mispá, porque Labán juró: —¡Que el Señor nos vigile cuando nos hayamos separado!


Cuando el ángel extendía su mano para castigar a Jerusalén, el Señor se arrepintió del castigo y dijo al ángel que aniquilaba a la población: —¡Basta ya! ¡Retira tu mano! El ángel del Señor estaba junto a la era de Arauná, el jebuseo.


Después llegaron a la fortaleza de Tiro y a todas las poblaciones de los jeveos y los cananeos. Finalmente se dirigieron al sur de Judá, llegando hasta Berseba.


Entonces el rey Asá convocó a todo Judá, sin excepción, se llevaron de Ramá las piedras y la madera que Basá había empleado para fortificarla y con ellas fortificó Guibeá de Benjamín y Mispá.


A todos los supervivientes de los amorreos, hititas, fereceos, jeveos y jebuseos que no eran israelitas,


es como rocío del Hermón que baja por los montes de Sion. Allí derrama el Señor su bendición, la vida para siempre.


Tú has creado el norte y el sur, el Tabor y el Hermón aclaman tu nombre.


Ven, novia, desde el Líbano, vente del Líbano, vuelve; baja de la cumbre de Amaná, de las cimas del Senir y del Hermón de las guaridas y montes de leones y leopardos.


En cuanto a mí, tengo que quedarme en Mispá a disposición de los caldeos que vengan a nuestro país. Vosotros cosechad vino, fruta y aceite, haced acopio de todo en recipientes, y estableceos en las ciudades que hayáis ocupado.


Jeremías fue a Mispá, donde se encontraba Godolías, hijo de Ajicán, y se quedó con él, haciendo vida normal entre la gente que había quedado en el país.


Toda la gente que Ismael llevaba cautiva desde Mispá se dio la vuelta y se pasó a Yojanán, hijo de Caréaj.


Ismael mató también a todos los judíos que estaban con Godolías en Mispá, así como a los soldados caldeos que se encontraban allí.


Los amalecitas habitan en el Négueb; los hititas, los jebuseos y los amorreos habitan en la montaña; los cananeos, por su parte, ocupan la franja costera y la ribera del Jordán.


y cuyo territorio abarcaba desde Aroer, junto al torrente de Arnón, hasta el monte Sirión —o sea, el Hermón—,


El Señor tu Dios te va a introducir en la tierra de la que vas a tomar posesión, y va a expulsar delante de ti a pueblos más grandes que tú: hititas, guirgaseos, amorreos, cananeos, fereceos, jeveos y jebuseos, siete pueblos más numerosos y fuertes que tú.


Apresó y ejecutó a todos sus reyes desde el monte Jalac, que sube hacia Seír, hasta Baal Gad en el valle del Líbano, al pie del monte Hermón.


El Señor se los entregó a Israel que los batió y persiguió por el oeste hasta Sidón la Grande y Misrefot, y por el este hasta el valle de Mispá. Los derrotó hasta no dejar uno solo con vida.


Y también Galaad junto con el territorio de los guesuritas y de los macatitas, además de toda la montaña del Hermón y todo Basán hasta Salcá.


Queda además la región de los guiblitas y todo el Líbano oriental, desde Baal Gad, al pie del monte Hermón, hasta el Paso de Jamat.


Pero los descendientes de Judá no lograron expulsar a los jebuseos que ocupaban Jerusalén. Por eso los jebuseos viven todavía hoy en Jerusalén, en medio de Judá.


Y añadió: —Esta será la señal de que el Dios vivo está en medio de vosotros y de que, al llegar vosotros, va a expulsar al cananeo, al hitita, al jeveo, al fereceo, al guirgaseo, al amorreo y al jebuseo.


Acudieron entonces todos los israelitas desde Dan hasta Berseba junto con los del país de Galaad y se reunieron todos de común acuerdo delante del Señor en Mispá.


Dijeron los israelitas: —¿Qué tribu de Israel no acudió a la asamblea ante el Señor? Porque se habían juramentado solemnemente a castigar con la muerte al que no se presentara en Mispá ante el Señor.


Entonces se dijeron: —¿Cuál es la única tribu de Israel que no se presentó ante el Señor en Mispá? Y resultó que nadie de Jabés de Galaad había acudido al campamento, a la asamblea.


los cinco principados de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los hititas que vivían en la montaña del Líbano, desde el monte de Baal Hermón hasta el Paso de Jamat.


Así pues, los israelitas convivieron con los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, jeveos y jebuseos;


Samuel convocó al pueblo ante el Señor en Mispá


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